2 Butacas de 5
El director David Martín Porras (La piel en llamas, Smiley), ofrece en su última película Invasión, un relato distópico de ciencia ficción que adapta la obra de teatro homónima de Guillem Clua. Pese al interés inicial de su premisa, el resultado no es más que un enorme y tedioso artefacto de estética y personajes impostados que roza el ridículo.
En un futuro no muy lejano, una invasión extraterrestre tiene sumida a la población humana en una cruenta guerra. Dos prisioneros de bandos contrarios (Álvaro Rico y Claudia Salas) en una celda, tres soldados españoles en una fábrica (Fran Berenguer, Sofía Oria y Nourdin Batán) y dos científicos (María Adánez y Andrés Gertrudix) que retienen a un extraterrestre, deberán sobrevivir a la noche más larga de sus vidas.
Siempre es de agradecer una propuesta de género, fuera del cauce habitual, como la que Martín Porras dispensa con Invasión. No obstante, la brillantez aparente de su planteamiento se diluye notablemente al poco tiempo de su arranque. Todo resulta impostado y fuera de lugar, desde sus actores, con diálogos literarios y forzados, a una estética algo artificial.
La película trata de exponer la atemporalidad de la guerra y el amor como refugio de la paz —individual y colectiva—, sin que la ciencia ficción o los extraterrestres en sí tengan una relevancia notoria. Da la sensación de que realmente todo es un gran pretexto para el desboque romántico de sus personajes, con un incómodo clímax de escena sexual en pantalla partida que supone el remate del adefesio.
La única de las tres historias paralelas que interesa en cierta medida desde un principio, es la que protagonizan María Adánez y Andrés Gertrudix. Es la única que avanza sin estancarse como las otras dos —en las que no hay apenas desarrollo más que perorata—, y genera una expectación sobre el extraterrestre que retienen y sus intenciones, que se cumpla o no ayuda a mantener la atención.
Lo que más me gusta de Invasión es su giro de guion final, que solidifica y relaciona mejor los distintos elementos de una película tremendamente desarticulada, dando mayor sentido a lo que quiere contar y reubicando al espectador en su historia. Pero, aunque logra un mejor sabor de boca, esta solución final no solventa la insustancialidad que la precede, ya es muy tarde.
En definitiva, Invasión es una propuesta que se disfraza de ciencia ficción y distopía alienígena, para llamar a la paz confiando en el amor. Intenta acercarse al sentimiento individual más puro y genuino, obteniendo el efecto contrario al recurrir a unos elementos técnicos y narrativos impostados que extrañan su historia. Es una película corta, y tiene algunos actores reputados, por eso quizá pueda resultar entretenida, pero a mi gusto no es más que olvidable.