'Memory': La ausencia y presencia de recuerdos marcan este extraño drama romántico

'Memory': La ausencia y presencia de recuerdos marcan este extraño drama romántico

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El director mexicano Michel Franco presenta ‘Memory’ un drama protagonizado por Jessica Chastain y Peter Sarsgaard con la que el actor americano ganó la Copa Volpi al mejor actor en el pasado festival de Venecia.

Sylvia (Jessica Chastain) es una trabajadora social con una vida muy rutinaria; casa, trabajo, hija y reunión de Alcohólicos Anónimos. Todo cambia cuando en una reunión de antiguos alumnos del instituto, Saul (Peter Sarsgaard) la sigue a casa lo que pone patas arriba su vida a la que regresan de manera persistente fantasmas del pasado que creía tener bastante controlados.

Saul padece demencia y no recuerda la mayoría de las cosas del presente, aunque sí recuerda su infancia o a sus padres. Su hermano Isaac (Josh Charles) y su sobrina cuidan de él y tratan de que esté lo mejor posible, pero él quiere salir de casa y llevar una vida normal pero no puede. A veces se pierde y no sabe volver o se desmaya en casa o en la calle. La interpretación de Peter Sarsgaard trasmite muchísima ternura mientras su personaje va perdiendo capacidades. Jessica Chastain interpreta a una mujer frágil y herida que no es capaz de soportar sus recuerdos y que se aferra a su rutina para llevar una vida lo más ordenada posible. Tiene una hija adolescente a la que sobreprotege no dejándola tener vida social fuera del instituto ni tener novio ni salir a fiestas únicamente puede estar en casa de su tía con sus primos. Su hermana la ayuda en todo lo que puede, aunque a su marido no le haga demasiada gracia y trate a Sylvia con mucha condescendencia. No le gusta que aparezca por su casa ni que hable delante de sus sobrinos de los problemas que ha tenido con el alcohol y hace como que eso nunca existió. Y no se habla con su madre desde hace muchos años porque cuando le pidió ayuda la trató de mentirosa. La consideraba una chica difícil que bebía sin parar.

Saul y Sylvia se enamoran, necesitan estar juntos y se hacen bien el uno al otro, pero la suya es una relación compleja marcada por la no gestión de unos recuerdos traumáticos y por una enfermedad que roba la memoria a quien la padece.

La película muestra que hasta en los peores momentos de la vida aparece un rayo de luz a quienes habían abandonado la idea de tener una vida llena de amor y esperanza. Cuesta creer que alguien con Alzheimer pueda enamorarse, pero la conexión entre Saul y Sylvia funciona y se ve cómo se echan de menos y se necesitan tras todo lo malo que les ha pasado en la vida.