3 Butacas de 5
Mike Lowry y Marcus Burnett están de vuelta por cuarta vez. Si su anterior entrega fue de lo más taquillero en aquel lejano año prepandemia, ahora tienen el reto de atraer al público nuevamente para llenar las salas. ¿Quién nos diría que aquella película de 1995 se convertiría en una saga tan longeva como Arma Letal? Me cuesta creer que se mantenga tan vigente en el imaginario colectivo como para llamarla un clásico, pero lo cierto es que ha resistido muy bien el paso del tiempo y tiene ese inconfundible estilo de la factoría Jerry Bruckheimer que emocionará a todos los fans de Con Air o La Roca.
Parece que las señas de identidad de la franquicia siguen intactas: un par de protagonistas con muchísimo carisma, escenas de acción impresionantes y, sobre todo, mucho humor. Para mí, la clave de su éxito está en la mezcla de los dos géneros, siendo directa y seria cuando lo necesita para emocionar, pero también muy divertida.
Bad Boys: Ride or Die se mantiene fiel a su premisa original, pero evolucionando la estética noventera a nuestros días, jugando un papel muy relevante Miami como enclave de las historias de estos dos policías. ¡Una película muy cool!
La muerte del capitán Howard en la entrega anterior sirve como excusa argumental para poner a nuestros protagonistas en el punto de mira en una huida hacia adelante donde se convierten en fugitivos de la ley mientras investigan a su fallecido ex-jefe intentando descubrir la verdad para limpiar su nombre de unas acusaciones de relaciones con el narcotráfico.
Como buena secuela, es bastante referencial a lo ocurrido con anterioridad en la saga, jugando algunas buenas cartas que nos retrotraen a personajes vistos anteriormente e incluso tramas de otras películas que nos hacen ver las cosas de una manera distinta. A pesar de la edad de Smith y Lawrence, en esta ocasión, se alejan de los problemas de la madurez, jugando con otros elementos más originales.
Las escenas de acción e incluso las que no lo son, están filmadas con maestría por Adil El Arbi y Bilall Fallah en una propuesta visual algo más ecléctica que su antecesora, teniendo algunos momentos de lucidez y otros de ensimismamiento. Jugando con movimientos de cámara, ángulos imposibles, slow motion y montajes muy locos que en algunas situaciones funcionan a la perfección y en otros son demasiado gratuitos, pudiendo molestar a la narración de una historia bastante clásica. ¿Hace falta un plano subjetivo desde dentro de un reloj de pulsera?
Bad Boys es una cinta que gustará a los seguidores de la saga, con esa esencia de clásico de los noventa. Su gran valor viene dado por los protagonistas, siendo tan carismáticos como siempre, consiguiendo una película entretenida y un poco entrañable que busca crear una familia al estilo de la franquicia de Toretto. ¡Además, tiene un cameo que ni Marvel!