4 Butacas de 5
Así como los Jedi tienen a sus padawans, los Sith reclutan a sus acólitos para enseñarles las más oscuras artes de la fuerza, premisa que nos presenta la más reciente adición al universo de Star Wars, “The Acolyte“. Situada 100 años antes de los eventos de “La Amenaza Fantasma“, en una era donde los Jedi están en su apogeo y las fuerzas del mal aparentemente están extintas. Esta serie live-action promete ofrecer una perspectiva fresca y emocionante, adentrándose en un período histórico poco explorado de la galaxia muy muy lejana. Con un tono de thriller, “The Acolyte” se distancia de las entregas recientes como “Ahsoka” y “The Mandalorian“, adoptando una narrativa más seria y menos cómica, muy al estilo de “Andor“.
La historia se centra en el maestro Jedi Sol, interpretado magistralmente por Lee Jung-jae, a quien recordamos de “El Juego del calamar” y sus padawans en una misión crucial para desentrañar el misterio detrás del asesinato de una prominente Jedi. La caracterización de Jung-jae es perfecta, evocando el estilo y la sabiduría de Qui-Gon Jinn. Desde su primera aparición, Sol se convierte en un personaje memorable, consolidándose como una figura central en esta nueva etapa del universo Star Wars.
Aunque a nivel argumental, la protagonista, interpretada por Amandla Stenberg, es un punto de debate. Si bien su actuación es buena, no he terminado de conectar. De hecho, con ella vemos el tema central, una dualidad presentada entre dos hermanas, cada una alineada con un lado de la Fuerza. Si bien la trama podría parecer predecible en ciertos momentos, la ejecución y el desarrollo de los personajes tienen el potencial de mantenernos enganchados.
Leslye Headland, la creadora y directora de los primeros episodios, aporta una visión clara y apasionada al proyecto. Su amor por la franquicia es evidente en cada escena, y su declaración de que el episodio cinco es su favorito y que todavía no puede creer que ella lo escribió, genera altas expectativas para el desarrollo de la serie.
La producción destaca en varios aspectos técnicos, especialmente por las coreografías de combate. Las escenas de acción son dinámicas y frescas, donde las coreografías con y sin los característicos sables láser recuerdan el estilo de las precuelas, pero con un toque renovado. Los elementos audiovisuales típicos de Star Wars, como las frases icónicas, las criaturas alienígenas, y el uso de la Fuerza, están presentes y bien integrados, creando una atmósfera familiar para los fans de antaño.
La fotografía de “The Acolyte” sigue la línea de series como “Ahsoka” y “The Mandalorian”, sin alcanzar los niveles de excelencia de “Andor”. Sin embargo, la serie se destaca por su estilo visual distintivo, que logra capturar la esencia de la Alta República. La inclusión de droides y elementos tecnológicos nunca vistos en la franquicia añade una capa adicional de frescura y novedad.
Uno de los puntos débiles es la duración de los episodios, poco más de treinta minutos. Los eventos épicos y los momentos de gran impacto ocurren tan rápido que a veces resulta difícil asimilarlos por completo. Una narrativa más lenta y pausada, similar a la de “Andor”, habría permitido un desarrollo más profundo del misterio y una mayor construcción de la tensión. La rapidez con la que se desenvuelven ciertos eventos puede dejar con ganas de más, deseando que los momentos épicos tuvieran más tiempo para respirar y crecer.
“The Acolyte” es una adición refrescante al universo de Star Wars, ofreciendo una historia nueva y emocionante en una era poco explorada. Con actuaciones destacadas, especialmente de Lee Jung-jae y Dafne Keen, y una dirección apasionada de Leslye Headland, la serie tiene todos los ingredientes para convertirse en un éxito. Sin alcanzar la excelencia de “Andor” en todos los sentidos, se establece como una serie prometedora que merece ser vista, principalmente por aquellos que buscan un thriller ligero en una galaxia muy muy lejana.