3’5 Butacas de 5
En la calle Puan de la ciudad de Buenos Aires, Argentina se gesta una batalla filosófica entre dos profesores, Marcelo y Rafael, por tener el control de la cátedra de la facultad de filosofía de la Universidad de Buenos Aires después de que el profesor titular pasara a mejor vida. En “Puan”, María Alché y Benjamín Naishtat nos sumergen en una comedia filosófica que habla sobre la muerte, el activismo y la importancia de tener tus propios deseos. La trama se desenvuelve con la agudeza de una partida de ajedrez, donde las estrategias y tácticas pedagógicas contrastantes son las armas que estos académicos utilizan para conquistar el puesto.
Marcelo Subiotto, y Leonardo Sbaraglia interpretan bastante bien la pasión por el pensamiento, la filosofía y las ganas de estarse preguntando el porqué de las cosas todo el tiempo, y eso es lo que hace interesante la trama de la película, que en ocasiones se puede hacer aburrida por algunas escenas innecesariamente largas y llenas de conceptos filosóficos y autores que solo los más aficionados captarán. Sin embargo, si eres estudiante o académico también empatizarás con los personajes al ser un retrato de la educación argentina y los movimientos sociales.
Otro punto a favor es el contraste y contradicciones de sus personajes, desde el maestro tradicional, arraigado en la vieja guardia de la filosofía hasta el que busca olvidar el pasado con su carisma y astucia con los nuevos pensamientos filosóficos.
El conflicto se desata no solo en el aula, sino también en la vida personal de los protagonistas, las constantes referencias a filósofos como Espinosa, Heidegger, Hobbes, Aristóteles y Platón no son meros adornos, sino herramientas para desentrañar los misterios de la mente y el alma humana.
La dirección dual logra equilibrar la solemnidad del contenido filosófico con toques de humor sutil, a veces un poco escatológico. Los diálogos, cargados de referencias y citas, dan vida a personajes complejos que exploran la dualidad entre el pensamiento teórico y la realidad palpable.
La cinematografía, con su paleta de colores apagados, refleja la batalla intelectual que se libra en cada fotograma. La banda sonora, sutil pero evocadora, nos sumerge en el mundo de la academia, donde las palabras son armas y las ideas, proyectiles.
Definitivamente “Puan” es una comedia filosófica que invita a la audiencia a cuestionar y reflexionar sobre sus propias convicciones, llevándonos más allá de la pantalla hacia el vasto territorio de la mente humana, porque no se trata solo de una disputa por una cátedra, sino de la eterna lucha entre las corrientes del pensamiento que buscan iluminar el camino hacia el conocimiento.