4 Butacas de 5
Jessica es una ilustradora que continuamente sufre de pesadillas, particularmente una en la que es perseguida a través de un pasillo lleno de puertas. Motivada por buscar la tranquilidad y el cambio se muda a su vieja casa de la infancia junto con su esposo y las hijas del mismo. En este lugar tratará de acercarse y fortalecer la relación con sus hijastras; pero un oscuro amigo de su pasado regresará para volver a jugar con ella y sus hijastras ¿Conseguirá Jessica salir del juego?
¿Cómo se distingue la realidad de lo imaginario? ¿Sólo porque los adultos no pueden ver algo significa que eso no existe o es acaso que la inocencia de los infantes les permite ver más allá? son solo un par de preguntas que Imaginary suelta a lo largo del filme y deja al espectador con la intriga hasta el final.
El guion es una locura, con clara inspiración en “Sinister” (2012), arriesgado y fulminante al tocar uno de los temas más comunes en la infancia, los amigos imaginarios, con su dosis precisa de jumpscares y giros que poco a poco reúnen todas las semillas sembradas desde el inicio de la película, Imaginary es uno de esos filmes en los que nada de lo que se dice sobra, todo se acumula hasta explotar en el peor momento.
El arte se vuelve algo sumamente degustable, pues juega mucho con la fantasía y los deseos, por ende, las atmósferas son sumamente fieles a lo que un niño de seis años podría crear con facilidad a través de su imaginación. Hablando de niños la dirección con la que fue llevada Pyper Braun (Alice) es admirable, a su corta edad logra erizar los vellos como ningún otro personaje.
Imaginary es una de esas películas de terror que cumple con todo lo que uno espera y aun así, logra sorprenderte, espeluznante y literal como la mente de un niño, cuidado con lo que imaginas, pues no todos los que quieren jugar contigo son tus amigos.