4 Butacas de 5
El cine de animación siempre ha tenido algo muy especial, pues confiere a los artistas de estas películas una naturaleza divina, convirtiéndolos en dioses capaces de imprimir de ánima, de alma, a seres a priori inertes. Por eso podemos tildar de milagro, en el sentido más literal posible, las obras hechas desde esta manera de acercarse a la ficción (o a la realidad cuando se trata de documentales como Aurora´s sunrise o Vals con Bashir ), más aún cuando estas piezas fílmicas no se conforman con servir como mero pasatiempo de padres e hijos (de este tipo de productos están las salas llenas) y se atreven a indagar en lo más profundo de la condición humana, dejando huella a través de mensajes realmente penetrantes en el espectador más permeable y de herramientas visuales más allá del efectismo barato.
En estos menesteres, el cine de animación japonés siempre ha estado unos escalones por encima de la inmensa mayoría de industrias y ha sabido calar en todas las edades y todos los estamentos de la sociedad. Así pues, cada semana vemos cómo películas tan dispares como Doraemon: El nuevo dinosaurio de Nobita, The First Slam dunk o Detective Conan: Black Iron Submarine se sitúan en los primeros puestos de la taquilla del país nipón. El mercado del manganime, lejos de extinguirse, no hace más que expandirse (pese a los malos augurios por parte de muchos especialistas en la materia de cara al futuro más próximo) y filmes como el que esta semana se estrena en nuestros cines llegan a decenas de países de todo el mundo para encandilar a público de toda condición.
Yuzuru Tachikawa, director de la mencionada película de Detective Conan y de series con gran predicamento entre los otakus como Mob Psycho 100 o Death Parade, estrena en España, por medio de la distribuidora Selecta Visión (sello que ha apostado fuertemente desde su nacimiento por la animación japonesa, convirtiéndose en todo un referente nacional en este mercado), su nueva cinta: Blue Giant, una de las grandes y más gratas sorpresas del pasado año que ha cautivado a miles de espectadores en todos los países donde se ha estrenado, constituyéndose para muchos como una de las mejores películas de animación de 2023. Y no es para menos, pues Tachikawa ha trasladado el manga de Shinichi Ishizuka a la gran pantalla de la mejor manera posible, transformando en deslumbrante melodía lo que se intuía en las páginas de la obra original. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que nunca un manga había tenido tan justificada su adaptación al cine, una película que llena de embriagadoras notas musicales cada uno de sus fotogramas, convirtiendo la clásica historia de nacimiento-auge-caída de un grupo de Jazz en una experiencia cautivadora, aunando de forma impecable su dominio musical y su poderío visual, cuidando cada detalle en la animación y cada aporte sonoro a la narrativa sin perder cierto grado de experimentación artística.
Tal vez a nivel argumental no aporte nada novedoso por lo mencionado anteriormente, pero no lo necesita, pues su mayor virtud radica en lo sensorial. Tampoco requiere de una remarcada evolución de personajes, quedando algo reiterativa la historia en su segundo acto, pues esto no consigue lastrar una obra con mucho corazón donde abundan mensajes tan necesarios en la hodierna sociedad como el del valor de la amistad, la importancia de la persistencia en la persecución de nuestros sueños o la capacidad que todos tenemos de sobreponernos a las dificultades de la vida. Blue Giant logra lo que hace que las grandes películas lo sean: equilibrar a la perfección forma y fondo sin perder un ápice de alma en su cometido, con cariño en cada plano y emoción en cada nota.
