3’5 Butacas de 5
Es muy probable que te hayas llevado las manos a la cabeza cuando has encendido la televisión y has visto que algunas de las noticias de sucesos son cometidos por menores de edad. Palizas, acoso e incluso asesinatos, todo forma parte de las soluciones que toma el ser humano mediante la oscuridad del alma junto a la falta de moral que ello conlleva sin pensar en las consecuencias.
Esa frialdad a la hora de cometer los actos y el sentimiento de culpa posterior son dos de los temas principales de ‘As Neves’ la película de Sonia Méndez proyectada en el Festival de Málaga. Una historia que nos traslada al corazón de un pueblo rural de Galicia en mitad de unas fiestas de carnaval en la que sus jóvenes protagonistas están a punto de cometer la peor de sus decisiones.
La filtración de un video de carácter íntimo de Paula desembocará en la desaparición de la joven mientras que la urgencia y la culpabilidad de los actos acecha de manera constante a los habitantes del pueblo. Una noche de carnaval en la que el consumo de unas drogas unida a la falta de madurez en las relaciones amorosas acaba con la misteriosa marcha de la joven en una noche fría y de desenfreno.
Sonia Méndez retrata en la película a las mil maravillas algunos de los aspectos actuales de una juventud absorbida por el uso de las redes sociales y la constante conexión de popularidad que ello conlleva. La caída de internet, la falta de comunicación entre jóvenes y adultos provoca que los protagonistas de la película necesiten imperiosamente encontrar a la joven desaparecida.
Una película en la que el contexto, la fotografía y los planos comunican más allá de los diálogos permitiendo al espectador introducirse en la soledad de nuestros pecados. A medio camino entre el drama y el thriller ‘As Neves’ es una magnífica propuesta en la que se demuestra el profundo cambio que se produce en la juventud y en su relación con el mundo después de la falta de ética en las decisiones que se toman.
Un largometraje de una factura sencilla, que atrapa al espectador de inicio a fin y que se desmarca de la necesidad de crear tensión a través de grandes alardes para que brillen las emociones y la evolución de sus protagonistas.
