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Los terribles atentados del 11 de marzo son una de las mayores heridas que hemos sufrido los españoles. Inocentes que acudían cada mañana a sus respectivas universidades, trabajos o el cuidado de sus progenitores, las vidas de cientos de cientos de víctimas fueron sesgadas por los explosivos que prepararon los yihadistas en los diferentes puntos. Una brecha que duele, que seguimos recordando y de la que era necesario que se hablara en la ficción nacional.
‘Nos vemos en otra vida’ es la serie creada por los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo que desgrana la terrible trama del traslado de explosivos hasta Madrid. Unos atentados que fueron tejidos a manos de los yihadistas con la participación de dos tipos de Avilés: Gabriel Montoya Vidal, ‘Baby’ y Emilio Trashorras.
La ficción está basada en la novela de Manuel Jabois ‘Nos vemos en esta vida o en la otra’, relato que aborda la entrevista que Gabriel Montoya Vidal, Baby, le concedió al periodista para hablar sobre su vinculación con el mayor atentado yihadista cometido en suelo europeo el 11 de marzo de 2004.
En aquel fatídico 2004, Baby era un adolescente de dieciséis años que, junto a Emilio Trashorras, participó en el traslado de los explosivos que se usarían en Madrid. Baby fue el primer condenado por los atentados y su testimonio fue clave en el macro juicio que tuvo lugar en 2007.
Los hermanos Cabezudo han creado una serie magnífica que aborda a través del drama y el thriller algunas de las cuestiones que sucedieron en los prolegómenos a los atentados. Aquí no hay imágenes escabrosas, al contrario, el respeto a las víctimas se palpa en los seis episodios que componen el trabajo, pero sin dejar de lado el dolor que supondrían los actos de los dos protagonistas. Tampoco es una creación acerca de la redención. No hay arrepentimiento por parte de ninguno de ellos, algo que queda constatado por parte de los protagonistas desde su inicio.
Estamos ante un trabajo reflexivo, que permite ahondar en algunas de las cuestiones de la conducta humana como el odio, la moral de la sociedad o el simple motivo de hacer partícipes a los demás del propio infierno que viven.
Roberto Gutiérrez y Quim Ávila encarnan en la etapa adolescente y adulta a ‘Baby’, dos interpretaciones excelentes como duras en los que el ritmo vertiginoso implantado por los creadores de la serie eleva la trama hasta convertirla en uno de los mejores trabajos con los que ha comenzado el 2024.
Una narración llena de adrenalina, drama y un argumento en la que la cocaína, la prostitución, la falta de amor familiar y una pseudo relación paterno filial de idolatría forman parte de los ingredientes de una de las mejores series del año. Con notables guiños al cine quinqui como Perros Callejeros o Navajeros, la tensión es uno de los aspectos más palpables del trabajo.
Es Pol López sin duda quien se lleva la palma de oro de la ficción. Su rol como Emilio Trashorras es un ejercicio de crudeza, anarquía, psicopatía y vértigo con los que el espectador no solamente se llevará las manos a la cabeza por su capacidad interpretativa, es un personaje en el que nunca sabrás qué terminará haciendo. El actor está inmenso demostrando una evolución como profesional de una calidad infinita.
La labor de los hermanos Cabezudo vuelve a quedar impoluta. Ahondan en la oscuridad del ser humano, de las tramas morales y a su vez corruptas de la ética como ya hicieran en ‘Crematorio’ o en ‘La Zona’.
‘Nos vemos en otra vida’, una serie que tiene el sello de dos de los mejores creadores de la ficción nacional y que convierten en oro puro todo lo que tocan.