3’5 Butacas de 5
Sofia Coppola presenta su nueva película pretendiendo, como viene siendo habitual en sus obras, denunciar algún tipo de situación. En este caso, busca mostrar el otro lado de la supuestamente idílica historia de amor de Elvis y Priscilla Presley, basándose en las memorias de esta última.
La historia, más que hablar de amor, cuenta la historia, desde el principio, de Priscilla. Cómo era su vida antes de conocer al famoso ídolo de masas, cómo cambió su situación después de iniciar su relación y todo lo que vivió después. Siempre desde su punto de vista, lo que hace que, mientras va pasando el tiempo, vaya tomando conciencia y madurez, al igual que el tono de la película.
Lógicamente, esto no va a gustar a los fans de Elvis Presley, sobre todo a aquellos que le tengan tan idealizado como a un rey. Como toda estrella de la música, y más en aquel momento, fue una persona complicada, aunque las películas sobre él no lo terminen de mostrar. Por eso, en cuanto se cambia el punto de vista, se ve lo que ya se podía haber intuido.
Sin embargo, la película se queda un poco a medias. No termina de ser todo lo crítica que debería con el mensaje que pretende dar, aunque la idea y la historia son buenas. Todo es demasiado correcto, está todo en su sitio. Al intentar alejarse de algo demasiado fuerte, se queda a medias, no encuentra cómo dar el dramatismo y la intensidad que la historia necesita para empatizar con la protagonista.
Para levantar un poco esa falta de intensidad, cuenta con dos protagonistas a la altura de sus personajes: Cailee Spaeny y Jacob Elordi, cuyas interpretaciones salvan, en cierta manera, las carencias de la película.
A pesar de todo, es una apuesta interesante e innovadora, sobre una historia que conocemos sobradamente, pero que nunca habíamos visto así. Una película muy recomendable, con un mensaje importantísimo y demasiado actual.