3 Butacas de 5
Alemania es una película interesante. Tiene una historia sencilla, pero conmovedora, que muestra el proceso de maduración de una adolescente en los años 90 en Argentina. Es una obra que transmite corazón y sensibilidad, y que vale la pena ver.
La pubertad es una etapa difícil, te salen granos, empiezas a experimentar el amor y no te sientes comprendido por nadie, ni siquiera por ti mismo. Todo esto le ocurre a Lola, la protagonista de Alemania, mientras atraviesa una situación familiar y económica complicada.
La cineasta argentina María Zanetti explora en su ópera prima el día a día de la vida de su protagonista, detallando todos los entresijos de la convivencia de Lola con el mundo que le ha tocado vivir. Estamos ante un coming of age de autodescubrimiento bastante básico. La chica intenta por todos los medios cumplir su sueño de irse de intercambio a un colegio en el país germánico. Esto se convierte en el motor de una vida que considera perdida si sigue ligada a su país de origen, sobre todo porque tiene una hermana, Julieta, que vampiriza las vidas de todos debido a sus problemas psiquiátricos. Cada miembro de la familia va perdiendo salud mental y física en su lucha por conseguir que Julieta se recupere y pueda llevar una vida normal.
Si bien la primera parte nos adentra desde un punto de vista personal y subjetivo en la vida de Lola, donde la cámara no se aleja de ella ni un momento, en la segunda parte todo queda supeditado a su hermana. Lola se convierte en una mera espectadora de todos los ataques de Julieta, sintiéndose totalmente impotente ante la situación.
El punto de giro llega cuando sus padres le comunican que su viaje a Alemania será solo un sueño. A pesar de que la pobre muchacha ha estado ahorrando durante mucho tiempo, la situación, especialmente debido a Julieta, no le permite permitirle a Lola emprender su viaje. Esto desencadenará una evolución hacia la madurez, donde tendrá que enfrentarse a situaciones que ni siquiera sus padres saben cómo gestionar.
El título de la película es el leitmotiv de una cinta que se inspira en las primeras obras de Sofia Coppola, con una factura notable y buenas interpretaciones siempre en búsqueda de la verdad. En particular, Maite Aguilar brilla con su actuación como protagonista, enfrentándose al desafío de sostener al personaje principal sin ser cargante, con credibilidad y profundidad emocional. Es un logro notable, especialmente considerando la tendencia de muchas producciones a banalizar las historias de tema juvenil.