Miren Ibarguren, Joaquín Furriel, Natalia Verbeke, Carlos Santos,
Montse Guallar, Pau Simon, Alicia Falcó, Agustina Bisio y Álex Villazán encabezan el reparto de esta serie
Imagínese que la Tercera Guerra Mundial está a punto de estallar y un grupo de multimillonarios se refugia en un búnker de lujo: Kimera Underground Park. Este búnker es el escenario de El refugio atómico, la nueva serie de Álex Pina y Esther Martínez Lobato que se ha empezado a rodar hoy.
Desde Kimera Underground Park verán en pantallas, en un espectáculo lleno de perplejidad, cómo el mundo que conocían se va desplomando sobre sus cabezas. Y mientras fuera la situación se vuelve cada vez más aterradora, ellos disfrutarán de su pequeña ciudad exclusiva con cancha de básquet, restaurante, jardín zen, coctelería, diván de psicólogo, gimnasio y spa. A eso quedará reducida su mítica condición de privilegio: a ir adaptándose a vivir en un agujero de lujo, en un universo subterráneo lleno de enigmas en el que estallarán las cuentas pendientes de dos familias atravesadas por una herida del pasado.
Los habitantes de este refugio estarán interpretados por Miren Ibarguren (Todos mienten), Joaquín Furriel (El reino), Natalia Verbeke (Ana Tramel. El juego), Carlos Santos (El hombre de las mil caras), Montse Guallar (Sé quién eres), Pau Simon, Alicia Falcó (Las buenas compañías), Agustina Bisio, y Álex Villazán (Alma), entre otros.
Esta nueva producción de Vancouver Media para Netflix es una creación de Álex Pina y Esther Martínez Lobato y contará con 8 episodios.
Directores: Jesús Colmenar, David Barrocal y Jose Manuel Cravioto
Guionistas: Álex Pina, Esther Martínez Lobato, David Barrocal, David Oliva, Lorena G. Maldonado y Humberto Ortega.
Diseño visual: Migue Amoedo
SINOPSIS
Imagínese que la Tercera Guerra Mundial está a punto de estallar y un grupo de multimillonarios se refugia en un búnker de lujo: Kimera Underground Park. Desde allí verán en pantallas, en un espectáculo lleno de perplejidad, cómo el mundo que conocían se va desplomando sobre sus cabezas. Y mientras fuera la situación se vuelve cada vez más aterradora, ellos disfrutarán de su pequeña ciudad exclusiva con cancha de básket, restaurante, jardín zen, coctelería, diván de psicólogo, gimnasio y spa. A eso quedará reducida su mítica condición de privilegio: a ir adaptándose a vivir en un agujero de lujo, en un universo subterráneo lleno de enigmas en el que estallarán las cuentas pendientes de dos familias atravesadas por una herida del pasado.