4’5 Butacas de 5
El debut como directora de Celine Song roza la perfección con ‘Vidas pasadas’, una delicada película que habla del amor y la pérdida, de lo que pudo haber sido y no fue, desde un punto de vista emotivo, pero consiguiendo esquivar el melodrama. A través de la idea del destino, explora las posibilidades en la vida de unos personajes que se separan y se reencuentran constantemente, sin llegar a encontrarse del todo.
La película cuenta la vida de Nora, una niña coreana que, con 12 años, emigra con su familia a Canadá en busca de un mejor nivel de vida. Al irse, se separa de Hae Sung, su amigo íntimo. Años después, le busca en redes sociales y retoman el contacto, pero a distancia, ya que Nora está estudiando en Nueva York y Hae Sung sigue en Corea y pretende ir a China durante un semestre.
A través de un guion impecable y un impresionante manejo del tiempo (y de los tiempos), la película cuenta una historia nostálgica y triste sobre lo que pudo ser una historia de amor (y que realmente lo es, aunque no como nosotros queremos). Nos lleva de viaje por la vida de dos personas que se encuentran en el momento menos idóneo, esperando volverse a ver en otras circunstancias en su siguiente vida.
Celine Song esquiva todos los tópicos en los que podría caer esta película para conseguir hablar de la ausencia y el tiempo perdido a través de una historia de amor que no es. Con un planteamiento claro e inteligente, consigue una obra luminosa e íntima, a la vez que triste y nostálgica. Todo esto gracias a la empatía que se genera hacia los personajes, construidos desde la delicadeza y la sensibilidad que transmite toda la película. Los encargados de darles vida a Nora y Hae Sung son Greta Lee y Yoo Tae-o, que hacen un trabajo excepcional.
‘Vidas pasadas’ habla a la perfección de un tema que todo el mundo ha vivido: lo que pudo haber sido y no fue. Es un homenaje a todas las historias que no se han contado porque no han ocurrido, aunque sabemos cómo podrían haber sido. Habla del deseo de encontrarse en otras vidas porque en esta no ha sido posible y de los sentimientos encontrados al vivir otra vida distinta a la que podría haber sido, pero aun así no querer cambiar la que tenemos. Es, sin duda, un homenaje a la pérdida de algo que nunca hemos tenido, pero que echamos de menos.