Esta edición de Sitges ya ha cerrado sus puertas y, como mandan los cánones, toca hacer el resumen pertinente de todo lo que hemos podido ver a partir del cuarto día. El Festival ha estado plagado de buen cine, de estrés a tutiplén y de muchas horas de trabajo. En un vistazo general, se podría decir que este año hemos tenido una buena camada de películas en la costa del Garraf, pero la clase media sí que ha flojeado un poco y algunos de los platos más esperados han acabado con un sabor algo soso. Pese a esto, aquí van mis recomendaciones de lo mejor que he podido ver durante estos días: Poor Things, Late Night with the Devil, River, Robot Dreams, El Chico y la Garza, Club Zero, Dream Scenario, Cobweb, Conan, Riddle of Fire, Sleep, Fishmonger, Mars Express, la Sociedad de la Nieve o Hermana Muerte. Algunas de estas películas ya las hemos cubierto en crónicas individuales; tanto Cobweb como Dream Scenario también recibirán este tratamiento. Pero no me enrollo más, empezamos a diseccionar este Sitges 2023:
‘Fuerza bruta: Sin salida’: 3 Butacas de 5
Ma Dong-seok regresa a Sitges repartiendo golpes y mamporros con la nueva entrega de la saga policiaca Fuerza Bruta, la versión coreana de Fast and Furious. Estas películas no se toman en serio y no tienen ningún tipo de pretensión. Consiguen su objetivo, que es entretener al espectador y que pase un buen rato. La trama vuelve a ser inexistente: hay unos villanos malos malosos que deben ser atrapados por los polis buenos, esto es la excusa perfecta para desatar varias escenas de persecuciones y peleas donde cada golpe retumba en tu cabeza. Todo esto se encuentra siempre al servicio del carisma y la presencia de un actor que ya lo apodan como el Bud Spencer asiático. La mezcla entre acción y diversión ofrece una experiencia que los fanáticos del cine de acción no querrán perderse.
‘Fishmonger’: 4 Butacas de 5
La entrega de un premio seguida de la proyección de un cortometraje no es la forma más amena de comenzar el pase de una película a última hora de la noche. No es lo que has venido a ver y nada más empezar ya estás calculando cuánto tiempo de sueño vas a perder. Pero por casos como el de Fishmonger, vale la pena trasnochar y doparse a cafeína todo lo que sea necesario. Neil Ferron nos sorprendió con una historia alocada que combinaba elementos sobrenaturales con la estética de The Lighthouse y la comedia absurda al estilo de Adam McKey. El desfase y la locura se apoderó de un “Auditori Meliá” que se vino abajo al finalizar la proyección. Ferron nos ha demostrado ser un diamante en bruto que, esperemos, los amantes del cine de género podamos seguir disfrutando en el futuro. No había una mejor manera de empezar Late Night With the Devil.
‘In Flames’: 3 Butacas de 5
In flames es un debut muy interesante. Zarrar Kahn fusiona el realismo social de cineastas como Asghar Farhadi o Abbas Kiarostami con elementos de terror fantasmagóricos psicológicos. Todo esto se desarrolla bajo el contexto del papel que desempeña la mujer moderna en Pakistán. Esta reflexión sobre el contexto social actual se intensifica a través de los fantasmas masculinos que persiguen a la protagonista y los hombres vivos que la atormentan. La película no es lo que uno esperaría ver en Sitges y esto de primeras choca, hasta que te adaptas a la propuesta y ya entras del todo. In flames deja entrever a una directora que puede tener un gran crecimiento en el futuro.
‘Acide’: 2’5 Butacas de 5
La premisa eco catastrófica de Acide es poderosa y está muy bien plasmada a nivel de lenguaje cinematográfico. Just Philippot nos sumerge en un mundo inquietante y aterrador. El clímax de esta historia se ubica entre la transición del primer acto al segundo y el “midpoint”. La escena te acongoja y es totalmente efectiva a nivel de dramatismo, pero a medida que sigue avanzando el metraje de la película, la trama se desinfla. El pico de tensión más álgido ya lo has vivido, la fuerza inicial del concepto se va diluyendo y cae en lo reiterativo. Esto culmina en un final muy decepcionante. A pesar de esto, Acide ofrece una experiencia visual y narrativa interesante.
‘The Theory of Everything’: 2 Butacas de 5
No pude entrar en ningún momento dentro de la propuesta de La teoría universal. Puede ser que el cansancio tuviera buena parte de la culpa, pero eso no quita que sintiera que existía una brecha abismal entre sus pretensiones y su realidad. El blanco negro digital ya me sacó de primeras, pero sus ínfulas artísticas acabaron por rematarme del todo. La narración no es coherente y parece que constantemente está buscando el lucimiento personal para impresionarte. No cumplió con las expectativas que nos llegaron de Venecia.
‘Conann’: 3’5 Butacas de 5
Bertrand Mandico siempre nos brinda las propuestas más extremas, lisérgicas y de difícil descripción. No las ves, las sientes. Conann es un descenso sensorial al infierno cinematográfico de la barbarie humana y la sensualidad, aderezado con una alegoría sobre el precio a pagar por hacer arte. El cine de este autor no es apto para todos los estómagos, pero a mí me encanta. Tanto After Blue (2021) como Les garçons sauvages (2017) me parecen dos películas fascinantes; su nuevo filme no es una excepción. Su reinterpretación, muy a la ligera, de la leyenda de Conan el bárbaro ha sido un visionado muy estimulante. La libertad con la que trabaja este autor es admirable a la par que envidiable.
‘The Uncle’: 2 Butacas de 5
The Uncle intenta ser una propuesta humorística perturbadora, pero acaba por naufragar, generando un tedio desmesurado en el espectador. Tener que repetir constantemente el día de navidad para satisfacer a un psicópata de los Balcanes es un punto de partida es interesante, pero el metraje se hace muy pesado y reiterativo. La provocación inicial se convierte en algo pueril y nunca se atreve a cruzar la línea roja de lo políticamente incorrecto. Funcionaria más como mediometraje o necesitaría que se aportasen más variaciones en cada repetición de este bucle enfermizo.
‘Sand Land’: 3 Butacas de 5
Akira Toryama es el padre fundacional del shonen moderno. Su legado en la industria del manga y la animación es innegable. Sand Land es una adaptación de su manga homónimo y da como resultado una dignísima película de aventuras. La fusión entre la animación en tres dimensiones y en dos dimensiones está muy bien lograda. Esta tecnología ha avanzado muchísimo en los últimos años, hemos pasado de ver auténticas monstruosidades de películas a tener otras tan bellas como este. La ligereza del Sand Land hace que sea un visionado sumamente entretenido para toda la familia.
‘Kubi’: 2’5 Butacas de 5
Hace ya varios años que el cine de Takeshi Kitano no alcanza las cuotas de calidad a las que nos tenía acostumbrados en el pasado. Kubi es una historia de samuráis con voluntad transgresora que ocurre en el período Sengoku. El enfoque “queer” le da un toque distintivo, pero su realización vaga y poco inspirada hacen que se vuelva una experiencia monótona. La duración es demasiada extensa para lo que quiere contar. Las interpretaciones y el reparto sí que están a buen nivel, son de los pocos elementos que impulsan la película. Pese a esto, no es un mal filme, solo que, de un maestro como Kitano, esperas algo que perdure en tu memoria más allá de salir de la sala.
‘The Invisible Fight’: 2 Butacas de 5
Rainer Sarnet nos fascinó en Sitges con November (2017). El director estonio regresa este año con The Invisible Fight, una alocada historia de kung-fu soviético que recuerda al cine de los hermanos Zucker. La despreocupación y la tontuna con la comienza están muy bien, pero esa chispa inicial se va apagando a medida que avanza el metraje, pasando de ser una comedia desenfrenada y muy despreocupada a algo monótono carente de frescura. A pesar de ello, Sarnet sigue demostrando su capacidad para crear mundos cinematográficos únicos y su valentía al apostar por territorios inexplorados en el cine contemporáneo. No obstante, esto no evita que al final te encuentres mirando el reloj para calcular cuánto tiempo te queda para poder salir. Es una lástima, ya que dentro de toda esta montaña de imágenes había una historia mucho más potente y concisa.
‘Mars Express’: 3’5 Butacas de 5
Mars Express, dirigida por Jérémie Périn, es un testimonio del excepcional momento que están viviendo las películas de animación francesas. Périn ya nos había asombrado con su fascinante y viral videoclip Fantasy, del grupo DyE. Su incursión en el mundo del largometraje no podría haber sido más exitosa. La película es una mezcla entre el género “noir” y la ambientación “cyberpunk”. El apartado visual es una maravilla y a nivel narrativo, cuenta con el gancho necesario para atrapar al espectador gracias. La construcción del enigma es sencilla, pero es lo suficientemente profundo para que te involucres en la trama. Sin reinventar la rueda, Mars Express nos ofrece una experiencia sólida con algunos destellos asombrosos. Tendremos que seguir muy de cerca los siguientes pasos que dé en su carrera este talentoso cineasta.
‘Hundred of Beavers’: 3 Butacas de 5
El estudio de animación de la Hanna-Berbera ha dejado una huella imborrable a muchísimas generaciones de niños alrededor del mundo. Desde Tom y Jerry, pasando por Scooby-Doo y los Superamigos. Después de ser adquirido por Turner a mediados de los noventa y principios del dos mil, se transformó en Warner Bros Animation, brindándonos otra época dorada de animación televisiva bajo el nombre de Cartoon Netwrok. El legado de los orígenes de este estudio perdura hasta hoy en día.
Hundreds of Beavers es un homenaje a todo lo que he mencionado. Mike Cheslik logra recrear esa comedia plástica tipo “slapstick” en una película de “live action”. La premisa es sencilla: un hombre que vive en el monte deberá aprender a sobrevivir y cazar la fauna que lo rodea. Si se convierte en un auténtico maestro al estilo de John Rambo, podrá casarse con la mujer que ama. Pero los malvados castores no pondrán nada fácil tal tarea. Esta mezcla bizarra, que es un auténtico deleite visual, resulta en un filme verdaderamente único, que irradia originalidad y que te hará reír a carcajadas. Si podéis, buscad por Twitter algún video de las varias presentaciones que hacían antes de las proyecciones. El espectáculo y la actuación que ofrecían en ellas era una maravilla.
‘Vermin’: 3 Butacas de 5
Vermin marca el debut de Sébastien Vanicek en el mundo del largometraje. La trama es sencilla y sirve como excusa para situar a un puñado de personajes dentro de un edificio del extrarradio parisino, que da la casualidad que está infestado por unas arañas mutantes del desierto. Esta historia nos brinda una mezcla de Arachnophobia con una pequeña dosis del cine social francés contemporáneo. Vanicek demuestra tener un gran conocimiento sobre cómo gestionar los espacios a la hora de filmarlos. Generando mucha tensión a nivel cinematográfico y una atmosfera de horror muy potente. El resultado es un equilibrio entre el escalofrío del terror y la relevancia del contexto social, y sorprendentemente no parece el trabajo de un director con tan poca experiencia. La atmósfera se erige como el punto fuerte destacado de esta película.
‘Riddle of Fire’: 3’5 Butacas de 5
Riddle of Fire venía con unas expectativas desorbitadas para ser una producción “indie” pequeñita. La película asombró en Cannes y se ganó los elogios de alguien tan renombrado como Quentin Tarantino. Esta edición de Sitges ha estado copada por muchos debuts, el de Weston Razooli ha sido el que ha resonado más fuerte en todo el festival. El filme es un precioso cuento infantil sobre la amistad. Razooli logra construir el mundo fílmico de la película a través de la perspectiva de la juventud. Esto está imbuido por una belleza inconmensurable que nos retrotrae a cuando vivíamos esa época. Logrando que revivamos esos momentos y emociones de cuando sentíamos que habitábamos un mundo gigantesco repleto de misterios por descubrir.
La trama sigue las aventuras veraniegas de tres amigos que viven en un pueblo rural de estados unidos. Estos niños son una banda organizada de pequeñas fechorías bastante elaboradas para su corta edad, también tienen un corazón gigantesco. Su objetivo es el de obtener la contraseña de su televisión para poder jugar a una nueva consola. Para logarlo, tendrán que satisfacer un recado de su madre, que está muy enferma —tiene la gripe—. Esto los llevará a embarcarse en una aventura por todo el pueblo para encontrar la solución para dicho encargo. En el camino, se toparán con una secta liderada por una médium que intentará cazar al protector del bosque.
Esta fábula me maravilló, posee una personalidad y un alma que hoy en día resulta muy difícil de encontrar en una sala de cine. Las imágenes están bellamente grabadas en 16 mm de Kodak, lo que aporta unos colores vibrantes y saturados que ayudan a que te transportes a tu infancia. El trio protagónico está divertidísimo y las interpretaciones son geniales. Todos los niños tienen un carisma arrollador.
Cuando ves tantas películas en un festival de cine, llega un momento donde la saturación de imágenes hace que pierdas la noción de lo que estás viendo. Riddle of Fire es como un bálsamo para combatir esto, es el equivalente a ponerte vix vaporub en el pecho cuando estás congestionado. Estoy ansioso por poder volver verla de nuevo.
‘Lumberjack the Monster’: 3 Butacas de 5
Takashi Miike es uno de los maestros vivos más destacados en el género de terror, experto en la perversión y la provocación. Su estilo distintivo hace que sus obras desafíen las convenciones sociales a las que estamos acostumbrados. Sin embargo, su última película, Lumberjack the Monster (adaptación de la novela Kaibutsu no Kikori de Mayusuke Kurai), es una excepción a esta norma. A pesar de contar con todos los elementos que nos deleitan a los amantes de este cineasta: violencia, psicópatas, secuestros y experimentos con niños o gente malvada que parece salida del tebeo. Todo esto podría haber dado como resultado una obra maestra como Audition o Ichi the Killer, pero este filme se siente menos inspirado y carece de ese punto mordaz extra.
Al final, lo que obtenemos en la pantalla es un thriller solvente que se centra más en el misterio que en las situaciones más incomodas. A pesar de la falta de la chispa característica de Miike, la película funciona y es un visionado recomendado. Esto no quita que gente uno siempre espera un poquito más de alguien tan talentoso.
‘The Toxic Avenger’: 2 Butacas de 5
Legendary Pictures es la compañía responsable de este remake de The Toxic Avenger. Para contextualizar un poco, algunas de sus otras producciones equiparables han sido películas como Inception, la trilogía de Batman de Nolan, el DCU de Snyder o el nuevo universo de Godzilla y King Kong. Esto contrasta mucho con los orígenes humildes de este personaje en la Troma, una de las productoras de serie Z más famosas de los Estados Unidos, conocida por sus obras repletas de violencia, comedia, terror y mucho sexo. Esta mezcla entre las súperproducciones y las historias provocadoras de bajo presupuesto podía salir muy bien o muy mal. Tristemente, el paso de “Toxie” al “mainstrem” ha resultado en una pérdida de toda su esencia. La pureza macarra y cutre que le caracterizaba en la Troma no la podemos encontrar en el filme de Macon Blair. Esta reinterpretación del personaje se asemeja más al cine malo de superhéroes de principios de los 2000 que a las nuevas películas que rinde homenaje a la serie B de manera autoconsciente. Esto deriva en una pérdida de la singularidad original abismal, creando una obra que transmite una crisis de identidad muy profunda. El gore digital y los chistes de patio de colegio no llegan a ocultar todos los agujeros que hay en esta producción. Aunque puede tener elementos entretenidos, siento que los fanáticos de la versión original seguirán prefiriendo vivir en la nostalgia antes que abrazar este nuevo subproducto. No parece ser que este sea el pilar que buscaba Legendary Pictures para establecer una nueva franquicia con la que enriquecerse.
Tras 36 películas, hemos llegado al final de esta cobertura. Siempre es un placer poder asistir a esta meca cinematográfica conocida como “Festival Internacional de Cinema de Fantàstic de Catalunya”. Ahora, solo nos queda esperar al 03/10/2024 para volver a iniciar el bucle y volver a pasárnoslo en grande en este entorno tan único.