'Late Night with the Devil': una historia fresca e imaginativa que no para de crecer hasta llegar a un clímax alocado a la par que bruto

'Late Night with the Devil': una historia fresca e imaginativa que no para de crecer hasta llegar a un clímax alocado a la par que bruto

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Empezaremos con la que ha sido la mayor sorpresa de esta edición: Late night with the deviI, dirigida y escrita por los hermanos Cameron y Colin Cairnes. Producida por Joel Anderson, el misterioso director de la fascinante película de culto Lake Mungo (2008), que llevaba desaparecido desde entonces.

Este filme es un “found footage” ficcionado que recrea el fatídico último episodio de un “late night” norteamericano setentero. Jack Delroy (David Dastmalchian) hará un último intento a la desesperada para salvar las audiencias de su programa en la noche de Halloween. Para recuperar su trono, traerá a una invitada muy especial: una niña que dice estar poseída por un demonio. Todo lo que podría salir mal, saldrá peor.

La estética se centra en recrear la parafernalia televisiva de los setenta, buscando lograr la subversión del espectador y que se autoengañe voluntariamente, sintiendo que esto ocurrió de verdad. La apuesta es totalmente ganadora, pero entre pausa y pausa publicitaria se rompe esta norma estilística, mostrándonos en blanco y negro con una relación de aspecto panorámica todo lo que ocurría entre bastidores. Estos momentos te sacan de la propuesta, ya que el falso documental se convierte en una narración de ficción tradicional. Entiendo que es un mal necesario y una trampa para proporcionar información al espectador que no podría recibir de otra forma, pero esto no quita que estén quebrantando las reglas del juego que establecieron voluntariamente. Pese a esto, el resto de Late night with the devil es una historia fresca e imaginativa que no para de crecer hasta llegar a un clímax alocado a la par que bruto.

A nivel de guion la película es pura orfebrería meticulosa. La construcción de este relato necesitaba de una precisión cuasi perfecta, ya que tienes que contar una historia fílmica, con su tesis, a través de la estructura de un programa televisivo. Los hermanos Cairnes salen victoriosos de tal hazaña y con nota. David Dastmalchianestá gigantesco y nos da el papel de su vida. El resto del reparto también sigue el ritmo que necesita el filme, destacando su fisiología, que es perfecta para dar vida a sus personajes.

El “auditori Meliá” se vino abajo al finalizar la proyección. Todos éramos conscientes de que habíamos presenciado un evento especial, aunque a algunos no les gustase tanto. Estad atentos a su estreno, no os defraudará y dejará su huella en la historia del género.