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El legado de Ernest Hemingway es uno de los más extensos en cuanto a la literatura. Unos textos llenos de una riqueza emocional y real a los que han sucumbido millones de lectores. Su mirada sincera, llena de dolor, tristeza, emoción y sobre todo de sentimientos han resquebrajado el alma de quienes han decidido adentrarse en su obra.
‘Al otro lado del río y entre los árboles’ fue una de las últimas novelas que publicó el escritor norteamericano. Una prosa narrativa en la que nos adentramos ante el dolor y la tristeza provocada por la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos del coronel Richard Cantwell.
Es ese reflejo de emociones y sensibilidad lo que ejecuta a la perfección Paula Ortiz en la adaptación cinematográfica de la novela. La película es un viaje emocional a través de la pesadumbre de la guerra, las heridas provocadas por la violencia bélica en dos seres dispuestos a sanar su dolor a través del amor y la comprensión.
Paula Ortiz nos invita a viajar hasta el corazón de Venecia en un impoluto blanco y negro. Una película que refleja la conexión entre el veterano coronel (Liev Schreiber) y una joven aristócrata veneciana encarnada por Matilda de Angelis, dos almas diferentes pero condenadas a sanarse mutuamente de las heridas físicas y psicológicas que la vida les ha otorgado.
La cineasta adapta una novela de estilo clásico a través de la belleza descomunal a la que nos tiene acostumbrados en sus trabajos. Con ‘La Novia’ ya demostró el poderío que posee en sus encuadres y narrativa, dos aspectos que en su nuevo trabajo son elevados a través de un largometraje directo, que no se regodea en complicaciones y camina de principio a fin por el gusto exquisito del buen cine.
‘Al otro lado del río y entre los árboles’ ha sido uno de los proyectos que la pandemia asoló y que ha permanecido en silencio hasta convertirse en un estallido emocional que desbordará por completo al espectador. Un trabajo rodado en Venecia, en plena pandemia. Una situación con la que Paula Ortiz y Javier Aguirresarobe (Director de Fotografía) elaboraron con entusiasmo y la capacidad de crear una historia de luces y sombras a través del blanco y negro.
A través de la mirada de sus protagonistas, con una prosa maravillosa y el estilo único de una grandísima directora, estamos ante una película sobrecogedora que eleva al paraíso uno de los textos más tristes y bellos de Hemingway.
El peso narrativo de la película recae en sus dos protagonistas. Liev Schreiber y Matilda de Angelis forman un dúo excelente, de una química que irradia el dolor, la comprensión y la emoción que la historia necesita. Un homenaje en muchos momentos al cine clásico, ese que nos acompaña en unos bellísimos primeros planos y en los que la fotografía del trabajo audiovisual borda una joya que imprime emociones desde su inicio.
‘Al otro lado del río y entre los árboles’ es una obra que evoca al silencio, a sanar las heridas y a la sensibilidad de unas emociones que Paula Ortiz expone a través de una película excepcional con la que el alma de Hemingway sigue siendo más inmortal que nunca.