4 Butacas de 5
Kenneth Branagh vuelve a dirigir y protagonizar una nueva aventura del detective Poirot. Después de ‘Asesinato en el Orient Express’ y ‘Muerte en el Nilo’, llega la tercera entrega basada en las novelas de Agatha Christie, ‘Misterio en Venecia’, que sigue la línea de sus predecesoras, sin perder la esencia, pero introduciendo una mayor dosis de intriga y suspense.
La historia se desarrolla en la Venecia posterior a la Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión, Poirot, ahora retirado y viviendo en su propio exilio, asiste a regañadientes a una sesión de espiritismo. Cuando uno de los invitados es asesinado, todo depende del ex detective para descubrir una vez más al asesino.
Esta vez, el escenario es una antigua mansión, supuestamente encantada. Esto hace que la atmósfera de la película mantenga en constante tensión al espectador cuando los personajes empiezan a ver y escuchar cosas extrañas. Más allá del asesinato, Poirot intenta darle sentido y lógica a todo lo que ocurre que, por primera vez, se le empieza a escapar de las manos.
El punto fuerte de la película es la ambientación, porque la historia de un asesinato con demasiados sospechosos ya la hemos visto antes. Sin embargo, esta vez la historia de fantasmas le da, como siempre, una vuelta de tuerca. Un punto de vista distinto que lleva al límite a Poirot que, aunque lo niegue, puede que en algún momento llegue a creer en los espíritus que supuestamente habitan la casa.
Como en las anteriores entregas, la película cuenta con un reparto de lujo, con el ya mencionado Kenneth Branagh como Hércules Poirot, acompañado en esta ocasión por Kyle Allen, Camille Cottin, Jamie Dornan, Tina Fey, Jude Hill, Ali Khan, Emma Laird, Kelly Reilly, Riccardo Scamarcio y Michelle Yeoh.
Ayudada por una mansión espeluznante y claustrofóbica, ‘Misterio en Venecia’ va más allá de una película de asesinatos, siendo también una historia de fantasmas, rencores y traiciones. Es una historia enrevesada, ingeniosa y sorprendentemente espeluznante. Una fórmula que ya ha funcionado con anterioridad y que, sin duda, sigue funcionando.