3 Butacas de 5
Blue Beetle nos cuenta la historia de Jaime Reyes, un joven latino recién graduado y al que su familia le acaban de comunicar que les embargarán su casa. En medio de todo esto, Jaime acabará -por casualidad- haciéndose con el Escarabajo, un objeto alienígena con consciencia propia que otorgará varios poderes al fusionarse con él. Esto desatará un sarao bastante grande entre la familia Reyes y la típica megacorporación armamentística malvada que quiere hacerse con el control de dicho artefacto para hacer cosas de malos malosos.
Este es el punto de partida de la trama. Pero, primero, creo que tenemos que contextualizar un poco todo el ruido que ha habido alrededor de esta película. No es ninguna novedad que la gestión del universo cinematográfico de DC comics por parte de Warner ha sido un dolor de cabeza tanto para los espectadores, como para los que han intervenido de manera directa en su confección, pero, por fin, parece que Warner está llegando a la luz al final del túnel después de años y años de incidentes y problemáticas dignas de un culebrón de sobremesa. Blue Beetle llega a salas en un ambiente enrarecido después de varios fracasos seguidos en taquilla y en crítica. Siendo el penúltimo vestigio de la antigua continuidad de Zack Snyder que está a la espera del reinicio total que hará James Gunn. El no pertenecer del todo a ese pasado y, a la vez, no formar parte del todo de lo que está por venir, ha hecho que no tenga un lugar concreto dentro de estos grandes esquemas que manejan los macrouniversos compartidos superheroicos. Esto se tiene que contrastar con la sorpresa de qué pasara de ser un directo a plataforma -en HBO Max- a tener un estreno en salas internacional -gracias a las primeras impresiones positivas que tuvieron los test screening-.
El resultado es que Blue Beetle cumple con un estándar correcto dentro del blockbuster veraniego garantizándote un buen rato de entretenimiento acompañado por unas buenas palomitas y el fresquito que proporciona el aire acondicionado de las salas de cine. Sencilla y directa, Blue Beetle se hace fuerte en la ligereza de su comedia y en como convive con el peso del drama familiar. El primer superhéroe latinoamericano de DC (en la gran pantalla) debuta con una historia de origen algo manida y convencional, que se hace fuerte en el primer acto y en la primera mitad del segundo. Los momentos de humor más brutos y burdos logran sacarte varias carcajadas, logrando que empatices con lo que los inconvenientes que le van surgiendo a esta familia. Esto se diluye bastante en cuando la trama entra en la zona de los momentos trascendentales en los que se tiene que salvar al mundo. Al final, nos vuelven a dar unas peleas y villanos genéricos que ya hemos visto hasta la saciedad dentro de estas películas. Es una lástima. Parece que estos filmes no acaban de lograr desprenderse de esta losa y volar con total libertad.
Pese a esto, lo bueno prima por encima de lo irregular. Es un estímulo instantáneo que se te pasará a la hora de salir de la sala, pero durante la proyección, pasas un buen rato y cumple con lo mínimo que cualquiera de estas películas tendría que darte. La ambientación latina y la despreocupación narrativa ayudan a abordarlo todo desde una perspectiva distinta, permitiendo que se distancie del resto de uniformidad gris que vive el género en la actualidad. Algo que también sucedió en su momento con Shang-Chi o Black Panther, pero el desgaste y la sobresaturación cada vez hacen más mella en el espectador. Blue Beetle todavía funciona, pero dudo mucho que en uno o dos años una película similar pueda darte el mismo grado de satisfacción.
Los amantes de los superhéroes pasarán un buen rato en compañía del escarabajo azul, pero creo que nuestro deber como espectadores es empezar a pedir un poquito más a estas mega producciones que están monopolizando las carteleras durante todo el año.