3 Butacas sobre 5
La ceguera emocional, ese bloqueo que a veces distorsiona nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos con el resto de humanos. Al navegar por el largometraje de Eric Lavaine discurrimos por esa cascada de deseo que nos hace sentir emociones adversas por una misma persona.
Las relaciones entre los personajes muestran acciones y puntos de vistas muy distintos entre cada uno de estos. Destacando entre otros el papel del protagonista invidente Fréderic (José García) y de su mujer Béatrice Mazuret (Alexandra Lamy).
La naturalidad y realismo de su narrativa hace que nos identifiquemos con ellos y que nos parezcan hasta entrañables en ciertos momentos.
Una obra para disfrutar de este juego de filtros amorosos y dejarnos llevar por su relato. Todo ello mezclado con el humor y la falta de tapujos ni de pelos en la lengua de nuestro actor principal.