3’5 Butacas de 5
‘Las ocho montañas’ muestra y desarrolla una relación de amistad pura, sin perversión alguna, entre dos hombres unidos por una fuerte conexión a la montaña y a la naturaleza. Es una historia que destaca por su impresionante fotografía y por una narración subordinada a la misma, pero que no ejecuta del todo bien la exposición de su premisa temática.
La película realmente expone un verdadero acercamiento psicológico a cierto tipo de relaciones humanas. La más relevante de todas ellas es la relación entre personas de género masculino que, aunque no lo parezca debido a la predominancia de protagonistas masculinos en la historia del cine, no es un tema que se suela tratar de manera muy profunda en la gran pantalla. La historia también explora las relaciones paternofiliales y la del ser humano con la naturaleza, y lo hace de forma muy elegante a través de una personificación de la montaña que casi constituye una subtrama más dentro de la película.
La dirección de Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch es buena, pero los guionistas y directores no ha sabido construir un producto artísticamente genuino al no desvincularse por completo del estilo narrativo de la obra original de Paolo Cognetti. Han decidido incluir una voz en off que narra por momentos los pensamientos de uno de los protagonistas y que resulta ser casi todo el tiempo explicativa y demasiado melodramática. Impide en cierta manera que el espectador se centre en las imágenes y puesta en escena y saque sus propias conclusiones de ellas, sin necesidad de que les den estas masticadas.
La estructura del guion es sólida en cuanto a que los momentos de mayor intensidad dramática están dispuestos de forma coherente a lo largo de trama y las partes de la historia están bien definidas y conectadas a una evolución de los personajes. Sin embargo, la película puede hacerse demasiado larga. El ritmo pausado puede llegar a hacer el visionado aburrido, sobre todo durante la segunda mitad, cuando ya se ha construido una imagen de la montaña y establecido su vinculación con el viaje de los personajes y ya no hay un motivo justificado para que la trama avance de forma tan lenta.
Se ha intentado construir una conexión entre la localización, el paisaje montañoso de los Alpes, y la temática, la profunda conexión de amistad entre dos personas, pero el resultado no es muy significativo, el desarrollo de la subtrama de relación no es demasiado profundo y el desenlace se limita a exponer el final de la trama sin aportar tristemente una reflexión con la que el espectador se pueda relacionar. Y no haría falta que lo hiciese, pero la historia así lo pide desde el momento en el que introduce una voz en off que expone la premisa temática punto por punto. Con todo, sigue siendo una bonita y relajante película que te hará desconectar y te deleitará con su bellísima fotografía.