3 Butacas de 5
Anna Kendrick nos trae a la fecha una de sus mejores actuaciones en “Alice, cariño” un drama disfrazado de thriller psicológico sobre una mujer que sufre manipulación y maltrato por parte de su pareja. La historia arranca cuando Alice emprende unas vacaciones a una cabaña para festejar el cumpleaños de su mejor amiga, pero poco a poco se van descubriendo las verdaderas intenciones y la oscura historia que hay detrás.
Si una palabra pudiera definir esta película es sutileza, ya que aquí todo es sutil, el guion, la fotografía, la puesta en escena y las actuaciones se mueven en un rango que en principio podría parecer que no sucede nada, pero solo son las semillas que se van sembrando hasta que al final explota en un esperado pero satisfactorio final.
Existen dos formas para mantener el suspenso, cuando el espectador sabe más que el protagonista o el protagonista sabe más que el espectador, en este caso se cumple lo segundo. El guion y la edición pueden dar la impresión de que algo falta o de que no están bien conectados, pero es un arriesgado pero atinado acierto de la directora Mary Nighy para que sea el espectador quien deba imaginar esos trozos faltantes. Esta elección te sumerge en la mente de Alice y te permite experimentar su confusión y su lucha interna.
Evidentemente, el tema principal no es el maltrato y la toxicidad que viven las parejas actuales sino más bien la sororidad que, para la directora, las mujeres tienen que aplicarla en su vida diaria. De hecho, hay una subtrama sobre la desaparición de una mujer que pasa desapercibida y queda en una simple anécdota cuando pudo haber sido un buen enfoque, sobre todo en el segundo acto donde cae un poco el ritmo.
En términos técnicos, la película se destaca por su dirección de fotografía, que utiliza una paleta de colores sobria y contrastante para reflejar la tensión y la oscuridad que rodea a los personajes.
En resumen, “Alice, cariño” es una película que se enmarca en el género del thriller psicológico, pero va más allá al explorar la sororidad usándola como hilo conductor. Con una actuación destacada de Anna Kendrick la película logra mantener al espectador en vilo a lo largo de toda la trama, dejando espacio para la reflexión y la interpretación personal.