4 Butacas de 5
Basada en la novela homónima escrita por Stefan Zweig, “La impaciencia del corazón” cuenta la historia de Anton, teniente de caballería durante la Gran Guerra que deberá elegir entre amar por compasión o aceptar una incómoda verdad. La trama arranca cuando, gracias a su valentía, Anton salva a un barón húngaro, quien lo invita a una cena donde conoce a Edith, hija del barón y razón de la guerra interna que empezará nuestro protagonista, puesto que Edith, no tiene la capacidad de caminar y eso será un obstáculo del amor entre ellos.
A pesar de estar ambientada durante La Primera Guerra Mundial, ese conflicto llega hasta el final y no distrae de lo que realmente el director Bille August quiere mostrar a la audiencia, ya que prefiere la sutileza sobre las explosiones, los diálogos sobre los disparos y el refinado diseño de producción sobre las sucias y polvorientas trincheras. Además, funciona muy bien el contraste de un valiente soldado que está dispuesto a ir a la guerra sobre un ser humano que le tiene miedo al amor y se acobarda cuando tiene que tomar la decisión.
Tanto las excelentes interpretaciones de Esben Smed, y Clara Rosager como los golpes de efecto del guion, los cuales son tan sutiles y minimalistas que es sencillo empatizar con los protagonistas, en cada decisión que toman, y llegas a entender la gran bola de mentiras piadosas en las que se enfrasca Anton por tenerle compasión a Edith y no decirle la verdad de su tratamiento.
Fue grato ver a Lars Mikkelsen interpretando al barón húngaro y padre de Edith, que, aunque no tiene relevancia a nivel dramático, entrega una de las escenas más emotivas de la cinta. De hecho, la carga dramática está en el personaje de Edith, pero al ser una interpretación muy contenida, son los demás personajes quienes completan la construcción de su carácter.
A pesar de que el final es predecible, y desde el inicio es algo que se puede intuir, lo interesante del guion es ver la caída al abismo de Anton, tras sus constantes mentiras, y el momento cuando quiere arreglar su error, se da cuenta que ya es demasiado tarde.
Lo que más destacaría del filme es la fotografía, la paleta de colores cafés y verdes, los grandes planos generales en las escenas iniciales donde de una manera muy bella se retratan los campos de Dinamarca, hasta los planos cortos que muestran las micro expresiones de los protagonistas y te das cuenta, incluso de lo que están pensando.
“La impaciencia del corazón” muestra la cobardía de un soldado y lo frágiles que podemos llegar a ser cuando se trata de amar a alguien quien no te corresponde, por lo que, a pesar de parecer una película de guerra romántica toma un camino más interesante que vale la pena visitar.