3 Butacas de 5
Escrita y dirigida por el cineasta sueco y de origen Egipcio Tarik Saleh, ‘Conspiración en el Cairo’ presenta una profunda reflexión sobre los equilibrios de poder en la sociedad y lo hace gracias a una historia bien construida que sabe muy bien cómo distribuir la información. No es de extrañar que el guion haya sido galardonado este pasado 2022 en el Festival de Cannes.
La historia se centra en torno a Adam, un joven que abandona sus orígenes humildes para estudiar en la universidad Al-Azhar de El Cairo y que termina formando parte de una compleja trama de espionaje, sabotaje y corrupción, perdido en medio de una lucha de poder entre los líderes políticos y religiosos de su país.
La premisa temática del filme, el equilibrio de poderes entre líderes políticos y religiosos, entre la república y la palabra de Dios, se construye y desarrolla de forma magistral. Al final, el protagonista ha formado parte de ambos bandos y aprende que ninguna de las instituciones es mala o buena, las dos son igual de corruptas e influenciables. Y este es un juicio que no se pretende implantar en el espectador, sino que, a través de los ojos y experiencia del protagonista, se consigue que tome por sí mismo.
No está sin embargo tan logrado el tono, que varía entre dramático y de intriga. Se ha querido representar una conspiración de forma dramática pero realista, en lugar de construir una historia de suspense, así como muy probablemente se hubiese hecho en Hollywood. El principal problema de esto es que algunas veces no queda claro si se trata de un thriller o de un drama, y otras de si es una historia de acción o una de personajes, lo que puede resultar de mayor o menor agrado para los espectadores. La inconsistencia del tono es consecuencia de una trama que no tiene muy claro en qué centrarse. En un principio, parece una película enfocada en el desarrollo emocional de un personaje. Luego, hacia la segunda mitad, la trama conspiratoria gana fuerza, pero el desenlace de la misma no resulta lo suficientemente emocionante e impactante como para convertirse en el centro de atención.
Al final termina decantándose por enfocarse en la evolución de su protagonista y, a pesar de todas las inconsistencias, se siente como la vía correcta para lograr transmitir el mensaje que busca. Es, con todo, una película redonda, que sabe lo que quiere contar y termina haciéndolo debidamente, aunque se pierda aun poco en el camino. Que quede claro que, al no centrarse lo suficiente ni en los personajes ni en la tensión emocional de la historia, será una buena opción para los amantes de historias de personajes o de conspiraciones políticas, pero no la mejor. Sí es ampliamente recomendada para aquellos que tenga interés en el contexto sociopolítico del Egipto islámico.