Primeras jornadas
Por fin ha llegado la fecha que los fans madrileños del cine fantástico estábamos esperando. ¡Por fin ha llegado la nueva edición del Festival Nocturna! Un año más, el terror, la fantasía, la intriga y la inquietud se apoderan de la capital de España, ¿y qué mejor manera de celebrar, dignificar y reivindicar el cine fantástico español que proyectar obras de nuestros más ilustres directores? Eso han debido pensar los impulsores de este gran festival, pues, nuevamente, en la Sala Berlanga estamos pudiendo disfrutar de grandes ejemplos del género cinematográfico que más alegrías ha dado a este nuestro país, tanto en décadas pretéritas (no olvidemos que el fantaterror ha sido el subgénero que más se ha exportado fuera de nuestras fronteras) como en la actualidad.
Así pues, este año, en homenaje al maestro Narciso Ibáñez Serrador, tenemos en la Sala Berlanga los mejores capítulos de Historias para no dormir y los más destacables telefilmes de aquella antología llamada Películas para no dormir que en la mitad de la pasada década hicieron temblar y sufrir a todo aquel que sintonizó el canal Telecinco en aquellas noches de 2006. Asimismo, el cineasta Eugenio Martín, digno merecedor del premio Maestro del fantástico de esta edición, ha tenido su homenaje con la proyección de Hipnosis, un thriller de misterio del año 1962 coproducido por España, Italia y Alemania que nos remite al género giallo y al cine de Roger Corman y que cuenta con ribetes de Elia Kazan e incluso Nicholas Ray. El clasicismo de la propuesta, apoyado por un blanco y negro propio del cine policíaco de la época, y sus elementos más próximos al cine fantástico como es el muñeco parlanchín que protagoniza los pasajes más inquietantes del film, así como el gran trabajo del elenco protagonista (Jean Sorel, Götz, Heinz Drache, Margot Trooger) hacen de Hipnosis un film perfecto a la hora de sintetizar y ejemplificar la filmografía de uno de los grandes directores del cine fantástico español.
Por su parte, los telefilmes La culpa y Para entrar a vivir hicieron sobresaltar al público en las primeras jornadas del festival que nos atañe. La primera de ellas, dirigida por Chicho Ibáñez Serrador, trata un tema tan controvertido como es el aborto para dejarnos un film inquietante, tan perturbador como enigmático, que deja al respetable pegado al asiento durante los 72 minutos que dura. Un ejemplo más de que los maestros como Chicho no necesitan muchos medios ni altos presupuestos para insertar en la mente del espectador los sentimientos más oscuros de su ser. La segunda, dirigida por Jaume Balagueró, vuelve a demostrar que el director ilerdense es un maestro en crear atmósferas angustiosas en espacios cerrados al meter en un piso (¿precursora de [*REC]?) a Macarena Gómez y Adriá Collado, que sufrirán una auténtica pesadilla cuando vayan a visitar una vivienda que comprar. Asfixiante, inquietante y muy recomendable, Para entrar a vivir hará las delicias de los fans más acérrimos de Balagueró.
Y si hablamos de homenajear a Chicho en el año de su fallecimiento, no podía faltar el debut en el largometraje de su hijo, Alejandro Ibáñez Nauta. Precedida por el cortometraje Reality del mismo director y por uno de los momentos más emotivos de cuantos se hayan vivido en la Historia del festival (con el público en pie aplaudiendo), Urubú es un claro homenaje al cine de Narciso Ibáñez y sobre todo a ¿Quién puede matar a un niño? que funciona como secuela de aquella y que mantiene espíritu y buena parte de la trama de aquel clásico de nuestro cine. Pese a que las múltiples referencias al cine del maestro pequen a veces de excesivas y reiterativas (la sutileza, en este menester, brilla por su ausencia), Urubú supone un ejercicio honesto, muy cuidado en la producción y, lo que es de agradecer, nada excesivo en efectos especiales (algo que destacó el propio Alejandro en su presentación). Con un tramo final arriesgado que helará la sangre a más de un espectador, la cinta en cuestión complacerá al fan del cine de aventuras y de las emociones fuertes. Sin duda podemos atrevernos a asegurar que Chicho, ahí donde esté, se sentirá muy orgulloso de ver que su legado sigue vivo en su hijo Alejandro.
Y hasta aquí el resumen de lo que nos han deparado las primeras jornadas del Festival Nocturna, un festival que sigue apostando por el cine fantástico español, por el cine español fantástico.