4’5 Butacas de 5
Creo que todos los que hemos jugado a este videojuego lo haríamos: ver esta cinta en bucle. Porque esta película hace las delicias de todos los que amamos el videojuego, el personaje y su universo desde el minuto uno hasta el minuto final (escena post créditos incluida).
Considero que con este párrafo inicial he concluido esta crítica.
Ahora bien, si me permitís que me extienda…
Es una película para todos los públicos. Gustará a enanos y a gigantes, a jóvenes y abuelos, y a todos los frikis familiarizados con las aventuras del fontanero italianini. Lo doy por garantizado. Bebe muchísimo de grandes cintas como Shrek o Los increíbles o Frozen, todas estas grandes profetas en su tierra. Pero es porque funciona.
La encargada de hacer esta película, la productora Illumination apuesta a lo grande en su apartado visual. El nivel de detalle y de luces, de mecánicas y de movimientos en la animación es abismal: desde las muescas en los dientes de Bowser hasta las arrugas en los guantes de Luigi. Y todo esto nos dice que hay verdadero cariño en hacer esta cinta. No es para menos teniendo como materia prima un juego de lo más colorista y variado, no solo desde su juego primigenio, si no en todas sus ramificaciones y aliados: Donkey Kong, Mario Kart, Super Smash Bros… Se nota que quienes han hecho esta película HAN JUGADO a los juegos (elemento importante para poder adaptar decentemente un videojuego al séptimo arte).
Y si los perpetradores de la cinta han jugado a los juegos saben que no tienen que explicarlo todo. Todos los elementos del juego base se utilizan en la película igual que como se utilizan en plena partida, y eso demuestra un grado altísimo de fidelidad, lo cual saca una verdadera sonrisa al espectador porque encaja perfectamente con el universo mostrado en el film y no te toma por menos inteligente. Saben que ES un juego.
Un punto a mencionar aparte es la representación de la familia italoamericana de Mario y Luigi. Servidor que escribe estas líneas sentía que estaba viendo un capitulo de Los Soprano o una de las secuencias de comida de Uno de los nuestros. Cosa buena. Es un detalle que agradará a los más cinéfilos.
Pero ahora, lo más importante de la cinta: desde su presentación, logramos empatizar con Mario y con Luigi. Si esto no era posible, daría igual el nivel de detalle de las imágenes, daría igual la música espléndida de Tyler Bates (que usa los temas del juego original de manera excelsa sin abusar de ellos), daría igual cualquier cosa que estuviera alrededor de esta versión de super Mario porque no tendría éxito. Lo importante es que podamos empatizar y comprender a Mario y a Luigi, esto te construye y solidifica este largometraje.
¿Cómo lograrlo? Dos perdedores que buscan reconocimiento, y la acaban encontrando en mundos de tuberías, plataformas, champiñones, monos y karts luchando contra un villano enamorado genial con toques de Elton John.
Entonces Iván, ¿Me estás diciendo que es una película de animación edulcorada como tantas otras? Nada más lejos. Justo cuando parece que eso podría ocurrir, te cambia todo el paradigma y acabas teniendo lo que buscabas como espectador: una aventura con una batalla final de las de saltar de la butaca de la emoción.
Todo esto de lo que he hablado bañado en temazos de los 80 que aparecen porque sí, y porque ¡¡¡¡It’s me, Maaaaario, wohoooooo!!!! (Admítelo, lo has leído con su voz) y funciona, y nos callamos todos y nos ponemos a bailar. ¿Música diegética? ¿Para qué? Méteme ahí a Aha con su Take on me o a AC/DC con su Thunderstruck.
Todo el conjunto de Super Mario Bros es alucinante. Te olvidas que los estudios Illumination han hecho las sagas de los minion y te recuerdan que han hecho Canta, y que, si te han hecho esto, te pueden hacer cualquier cosa.
Y por todo esto, tú, yo, tu vecino que te dejaba la gameboy, tus colegas con los que jugabas a Mario Kart, quien te pirateó el Donkey Kong, tu novia a la que enseñabas como jugar al super mario con la legendaria y mítica NES, tu familia, tus hijos, tíos, abuelos, la veríais en bucle en los 4 butacones y medio que se merece.
P.D: ¿A que no sabéis cómo se llamaba el dinosaurio de Super Mario bros? Pues Yo Shí.
(lo mejor para acabar la crítica es con un chiste malo)