1’5 Butacas de 5
No quiero cebarme. Venga, comenzaré con lo positivo:
-Para empezar lo primero que se escucha es el temazo Jane, de Jefferson Starship.
-Después tenemos una comilona y un pie cortados a mordiscos. Bien.
-A continuación, tenemos unos cuantos tiros, sustos y gore. Aún bien.
-Luego la secuencia con una ambulancia más delirante que hay en el film, y que es la representación de lo que uno esperaría de un largometraje meme como este (y la representación de mis expectativas personales, claro). Muy bien.
-Ya que he hablado de temazos, mencionar la banda sonora, ochentera y de buen gusto.
-Y el actor O’Shea Jackson Jr. es el más comprometido con su papel y al que más me creo. Y ya.
Podría acabar este texto aquí, pero no estaría siendo honesto con lo que es (a título personal) lo más decepcionante de este 2023.
Gracias al tráiler, a las redes sociales, y a ser la última película de Ray Liotta (eterno Henry Hill en Uno de los nuestros y Tommy Vercetti en el videojuego GTA: Vice City, entre otros), Cocaine Bear (no quiero ni llamarla con el título en español) había levantado mucha expectación, y, en especial, al escritor de estas líneas.
Digámoslo así: es la historia de cómo un oso puesto de cocaína la va liando a diestro y siniestro allá por donde pasa. ¡UN OSO PUESTO DE COCACÍNA! Es decir, con ese punto de partida tienes para hacer la película meme por excelencia. Un largometraje que, aunque no te tomes en serio, te puede sacar la mayor de las sonrisas y tener éxito. Ahí tenemos trabajos como la inolvidable saga Sharknado, Ovejas Asesinas, MalNazidos, Iron Sky, Deep blue sea o Abierto hasta el amanecer.
¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
Pues aparentemente todo.
No no no no… He dicho que no quería cebarme, pero es que da material para ello.
Lo primero, el tono de la película. A pesar de su prometedor inicio, no acaba de arrancar presentando a sus personajes de una manera eterna que parece IT, el telefilm de los noventa. Y comienza como una comedia ácida tipo slasher gore ochentero, pero llega a ser una comedia con malos diálogos y malos gags con toques de aventuras estilo Los Goonies. Y, por supuesto, olvidándose de su mayor atractivo, el oso puesto en cocaína, en la mitad de la película.
Lo segundo, el guión. Los diálogos parece que intentan tener gracia, las situaciones no son delirantes (salvo un disparo mal dado y la maravillosa secuencia de la ambulancia), no se permite el caos, parece que está escrita para que la señora de Cuenca lo entienda. Y encima se saca de la manga giros de guion con algún que otro personaje (que vamos, llamarlo giro es darle demasiado caché) que no sirve ni aporta nada al metraje. Tiene aciertos, sí, pero es que los puedo contar con los dedos de una mano.
Tercero, se llama Cocaine Bear. ¿ok? Perfecto. Pues MUÉSTRAME AL OSO PUESTO EN COCAÍNA LIARLA PARDA (y nunca mejor dicho). Que esto parece Batman v Superman. La película se llama Batman contra Superman ¿verdad?, pues muéstrame cómo se pelean esos dos superhéroes. No cumplir lo que prometes está muy mal ¿eh?
Cuarto: siendo una comedia no me río mucho. Siendo un Slasher le falta más sangre y más muertes. Siendo una de acción, le falta acción. Siendo de terror, le falta sustos, misterio, tensión, siendo una de animales furiosos, me faltan animales furiosos…
…
Y después de todo esto… aún creo que me dejo cosas…
Pero lo vuelvo a decir: no quiero cebarme.
Me quedaré sentadito en mi butacón, porque lo que es a este oso no le doy nada más que uno.