'Oink Oink': la ternura y la desvergüenza de la infancia

'Oink Oink': la ternura y la desvergüenza de la infancia

3’5 Butacas de 5

‘Oink Oink’ presenta una historia que enseña el balance perfecto entre la ternura y la desvergüenza que tanto caracterizan la etapa infantil de la vida, y que tan bien se resume con la sencilla figura de un cerdito.

La película cuenta con una trama bastante original: una niña tendrá que conseguir que su familia acepte a su cerdito como mascota y, más tarde, que su abuelo no lo convierta en salchichas. También se sienten frescos sus personajes; niños de nueve años que hacen skate y saben cómo utilizar un ordenador, una familia vegana que consume productos de su propio huerto como filosofía, o unos padres que no encajan en los roles preestablecidos y no caen demasiado en arquetipos de género. Incluso el clásico antagonista irracionalmente egoísta se ve complejo en esta película. En general, personajes tomados en serio y bien construidos que se alejan de los estereotipos del cine infantil.

El filme consigue mantener un tono infantil muy bien balanceado con temas ciertamente oscuros, como las implicaciones sociales del carnivorismo o los traumas infantiles por abandono. La historia en ningún momento resulta violenta, sino que es divertida y adorable, perfecta para deleitar, entretener y hacer reír a los más pequeños. Y, lo mejor de todo, es que también resulta lo suficientemente entretenida como para que sus padres no se queden dormidos viéndola. Todo esto combinado con una animación por stop motionque ofrece un mundo fantásticamente divertido y dinámico y que encaja a la perfección con el punto de vista que se presenta, el de una niña de 9 años cuya mayor preocupación es la de que sus padres no echan a su mascota de casa.

Aun así, el subtexto no llega a estar lo suficientemente desarrollado como para generar una segunda lectura compleja y que tanto niños como adultos disfruten del filme por igual. Es inevitable compararla con títulos como ‘Fantástico Sr. Fox’ o ‘Chicken Run: Evasión en la granja’ y, por lo tanto, uno siente que es toda una pena que la película no indague más en su premisa temática, sobre todo en las complejas relaciones entre padres e hijos. No es la típica película infantil infumable para los padres, pero, si eres una madre o un padre, tampoco esperes volver a verla por tu cuenta sin tus hijos.

En definitiva, su original historia, personajes y temática hacen que esta película se sienta contemporánea y fresca, y no como una pérdida de algunos millones de euros para poder mantener a los niños ocupados durante 70 minutos. Se le aplaude el intento bien logrado de no caer en arquetipos y construir una historia lo suficientemente actual como para que los niños y niñas de 9 años de hoy en día se puedan sentir identificados con los personajes. No obstante, te deja con ganas de haber visto unas subtramas de relación entre personajes más desarrolladas.