2 Butacas de 5
Con algunos altos y sus bastantes bajos, la nueva película de Franck Dubosc nos presenta al típico señor maduro que nos tiene que hacer gracia porque cuestiona ligeramente su rol de género y al que tenemos que amar porque intenta reconciliarse con la típica hija abandonada. Todo esto sucede entre clases de rumba que aparecen de vez en cuando e intentan de forma no muy satisfactoria darle cohesión a la historia.
La película sí cuenta con algunos aspectos positivos: tiene momentos bastante divertidos gracias a un humor inteligente y alejado de estereotipos sociales, cuenta con algunos personajes secundarios originales y humanos que le dan personalidad a la historia y al final, aunque sus acciones hayan sido discutibles, el filme sí consigue que simpaticemos con su protagonista.
A pesar de todo, la trama principal es confusa y no termina de encontrar aquellos elementos a los que dar una relevancia estructural. Parece que las clases de rumba van a guiar el desarrollo del protagonista y la relación que tiene con su hija, pero, en la segunda mitad, la historia se pierde entre escenas cómicas o simbólicamente relevantes que poco tienen que ver unas con otras. Cuando hacia el final se nos introducen de nuevo las clases de rumba, ya casi no nos acordamos de que habían estado ahí en un primer lugar. Sin mencionar algunas acciones que se siente demasiado convenientes para que la trama avance, lo que hace que por momentos se parezca más a un telefilm que a una película de autor.
Y no podemos dejar de mencionar el punto de vista demasiado androcentrista de la película: los personajes secundarios femeninos, como el de la hija del protagonista, apenas producen narratividad y se presentan como objetos de intercambio para llevar a cabo las conversaciones, completamente subordinados al desarrollo del protagonista masculino. Aunque sea correcto dar visibilidad a todo tipo de puntos de vista, creo que en este punto todos estamos algo cansados de ver películas donde se le da todo el protagonismo al mismo señor rancio de siempre.
En sus mejores momentos, ‘Rumba terapia’ se presenta como una película graciosa, con un humor maduro e irónico y a la que no le asusta tratar de forma cómica temas como la homosexualidad o el racismo. En sus peores momentos, se convierte en un desglose de personajes secundarios planos que interactúan con el protagonista de forma vaga para que la historia pueda avanzar lo poco que lo hace. Aunque tenga algunas escenas bastantes divertidas, la trama deja tanto que desear en la segunda mitad que ni siquiera las situaciones más graciosas son suficientes como para que la historia te siga interesando. Si esto no es algo que te importe, conectas con el punto de vista maduro del protagonista y te hace gracia el humor para boomers, te la recomiendo para pasar el rato.