3 Butacas de 5
Presentada como una secuela de la original Searching, Sony nos trae Missing, una historia de suspense que narra la desaparición de Grace, la madre de June, mientras esta se va de vacaciones con su nueva pareja. Tras no encontrar a su progenitora por ninguna parte, June iniciará una búsqueda donde utiliza toda la tecnología a su disposición para intentar encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
Missing es un thriller de sobremesa con un envoltorio atractivo y, a veces, demasiado cargante. Una película narrada visualmente a través de la pantalla de un ordenador donde sucede toda la acción principal. El primer tramo del filme es frenético y consigue posicionarse de manera atractiva para atraer al espectador más atento. De hecho, Missing es una heredera de su tiempo, de una sociedad donde todo sucede demasiado deprisa y donde los ojos viajan de un lado a otro constantemente en busca de estímulos a través de cualquier tipo de pantalla.
Un drama que viene a recordarnos lo frágiles que somos en internet y lo sencillo que es conseguir toda la información de una persona con un par de clicks. Tambien se muestra de maneras más superficiales la violencia doméstica, la rapidez con la que circulan las informaciones y, a modo de parodia, la velocidad con la que plataformas como Netflix sacan tajada de casos escabrosos a través de true crimes y documentales de asesinos en serie.
El gran problema de Missing descansa sobre un tercer acto demasiado previsible y con poca o, casi ninguna, fuerza dramática. La película empieza inflando el globo tanto que, cuando ya no queda más espacio y está a punto de explotar, se va desinflando poco a poco. Pierde ritmo progresivamente y nos recuerda a cualquier telefilm de una cadena generalista. Otro de los grandes problemas de este tipo de formato es la imposibilidad de conectar emocionalmente con unos personajes que apenas salen en pantalla. Todo lo que sabemos es a través de la pantalla y de conversaciones telefónicas. Algo que dificulta sobremanera la actuación de unas actrices correctas.
A fin de cuentas, Missing no deja de ser un thriller arquetípico con un molde del siglo XXI. Su predecesora, Searching, ya había dado una vuelta de tuerca al modo en el que se narraba la desaparición y búsqueda de una persona. Por lo tanto, Missing no innova, pero consigue una narrativa ágil y entretenida al menos hasta su genérico desenlace.