3 Butacas de 5
Las bodas siempre han sido un punto de reunión con nuestros amigos de toda la vida. Reencuentros, historias pasadas y rencillas anteriores que se dejan de lado para disfrutar de un día de celebración y barra libre.
La cinematografía nos viene recalcando en numerosas comedias románticas platos tan dulces que sabemos de inicio a fin cómo acabarán sus protagonistas; si a eso le sumas además escenas cómicas tan blancas que solamente consiguen sacarnos una leve sonrisa con la que pasar el rato, uno queda insatisfecho.
Muy de vez en cuando llegan otras opciones a la cartelera que cogen todas esas comedias románticas y las convierten en un experimento tan hilarante como efectivo. ‘La Novia de América’ (Alfonso Albacete) es uno de esos ejemplos de largometraje que no solo harán disfrutar entre risas al que se acerque a las salas a verla, gozará con el humor de sus escenas más disparatadas además de una Miren Ibarguren que salta constantemente sobre un charco del que disfrutar. Un rol divertido, lleno de carisma y alegría que da gusto verla.
La actriz es sin duda la gran fiesta de una película que encuentra el mayor equilibrio en la comedia más ácida, mientras que son las partes más blancas del largometraje las que tienen forma una sucesión de clichés vistos en anteriores proyectos. A pesar de esos pequeñas trabas, la nueva historia de Alfonso Albacete es un trabajo completamente de evasión con el que salir airoso de la sala de cine.
Todo el elenco está en estado de gracia. Desde Pol Monen, Eduardo Casanova, Christian Vázquez y especialmente Ginés García Millán encarnando al patriarca de la familia. Sin duda es Pepa Charro la gran estrella de la función en el reparto. La actriz lleva a cabo un papel tan pasado de rosca por momentos que nos invita a salir de la sala con un mayor optimismo.
‘La novia de América’ es una película disparatada que sabe reírse de los estereotipos románticos. Combina a un elenco nacional con artistas de primera talla de México consiguiendo aportar a la película una mayor calidad.
Alfonso Albacete consigue sacar jugo a una película muy básica pero que une perfectamente la risa con el optimismo. Una película sutil, que sabe jugar sus bazas perfectamente para evadir la cabeza en tiempos de dolor amoroso.