5 Butacas de 5
Se hace eco, desde su llegada a los festivales internacionales, de la última cinta de Darren Aronofsky: The Whale, y es que, con mucha razón, ya ha logrado cautivar a sus audiencias, haciendo de esta cinta en 4:3 una de las favoritas del año.
Aronofsky narra todo esto desde un punto de vista honesto (eje sobre el que gira la trama), mostrando con crudeza el sufrimiento de Charlie (Brendan Fraser), un solitario hombre de mediana edad que padece una obesidad severa de la que no está consiguiendo salir, y que cada día sigue menguando su tiempo de vida.
Desde luego el aclamado director ha sabido introducirse en un terreno muy pantanoso de la forma más correcta posible. La honestidad de la cinta hace de The Whale la clase de película que realmente merece la pena ver por la situación que explora. El tabú de la obesidad arrastra consigo muchos matices que no solamente envuelven aspectos como la educación alimenticia de las personas y que habitualmente pasamos por alto. Principalmente se encuentran involucrados los problemas de salud mental provocadas por las situaciones incómodas, difíciles y complejas que los seres humanos nos encontramos a lo largo de nuestras vidas, y que llevan a cada vez más personas a refugiarse en el vicio de la comida tal y como lo haría cualquier otro adicto para paliar su ansiedad con pequeñas dosis de dopamina.
Además de estar bien abordado en esos términos, narrativamente también se logra una maestría digna de un Oscar. El guion con sus personajes, su complejidad, y evolución a lo largo de la cinta. La dirección de fotografía, con su encuadre en 4:3 y luz tenue muy bien escogida que muestra la angustia de vivir en un espacio estrecho, cerrado y poco accesible para una persona de esta condición. Los actores, entre los que destacan Sadie Sink (Ellie), Hong Chau (Liz), y por supuesto Brendan Fraser (Charlie), que ha cautivado al espectador dentro y fuera de las salas siendo un gran ejemplo de superación que nos inspira. Y desde luego no nos podemos olvidar de la dirección de Darren Aronofsky, que ha sabido dar esa coherencia y solidez a la trama de principio a fin, haciéndonos sufrir en nuestras carnes la situación de Charlie.
The Whale es sin duda la gran imprescindible de este año. Esta clase de obras son las que verdaderamente nos nutren, nos hacen valorar los pequeños detalles, y por supuesto reflexionar introspectivamente cómo gestionamos nuestras emociones y dificultades. Por ello animamos, como siempre, al público a que los disfrute en el mejor lugar posible a partir del 27 de enero en la gran pantalla.