4 Butacas de 5
‘R.M.N.’ es la última película del reconocido director rumano Cristian Mungiu. Se trata de una historia que critica el nacionalismo y la xenofobia de su país. Un drama familiar mezclado con los conflictos étnicos y culturales de todo un pueblo.
La historia se centra en Matthias, un hombre que vuelve a su pueblo natal, una localidad multiétnica de Transilvania. Le preocupa la educación de su hijo, el estado de salud de su padre y su relación con su exnovia. Mientras Matthias lidia con todo esto, el pueblo se ve envuelto en un conflicto en el que se involucran todos los vecinos: la fábrica de pan ha contratado empleados extranjeros. A través de esta situación, se ve el racismo y la xenofobia que aún imperan en estos territorios, en los que la convivencia entre distintas culturas y etnias peligra ante el más mínimo cambio.
Con un tono dramático y un ritmo bastante lento, la película muestra bastante bien los conflictos tanto personales como comunitarios de los personajes. Se hace un poco larga y, justo cuando parece que arranca, se acaba. Aun así, consigue transmitir la sensibilidad propia de este tipo de relatos y que el espectador se meta de lleno.
Es una película que te mantiene en tensión desde el principio, aunque no se perciba. Según avanza la trama, esa atmósfera de tensión va aumentando hasta que se hace evidente e inevitable. Quizá ese clímax llega un poco tarde y deja una sensación de un relato muy largo para un desenlace demasiado rápido, pero hace llegar el mensaje.
Entre el reparto destacan Marin Grigore, Judith State y Macrina Barladeanu, aunque el gran número de personajes secundarios pero relevantes, hace que los protagonistas tengan una gran red de apoyo detrás. Todas las interpretaciones están a la altura de la carga actoral de la película.
En definitiva, ‘R.M.N.’ es una película cruda y real, con una fuerte crítica social que, independientemente de dónde sea el espectador, se podrá aplicar. Habla de problemas tan actuales como relevantes para nuestra sociedad.