3 Butacas de 5
¿Un cocodrilo cantando en la bañera? Eso es algo nuevo en el mundo de las películas para niños y adapta el clásico literario de mismo nombre editado en 1965 de Bernard Waber que describe la amistad poco convencional de un niño con un cocodrilo y sus aventuras compartidas.
Película de acción real con animales CGI cuenta con las canciones de Benj Pasek y Justin Paul (“La La Land”, “The Greatest Showman”), actualizando hábilmente la historia con un reparto de primera categoría.
Lilo, mi amigo el cocodrilo es un musical familiar que da en el clavo lleno de encanto y unas canciones exageradamente pegadizas que tus hijos estarán cantando durante días.
Un acierto fue ampliar el papel de Héctor P. Valenti, exuberantemente interpretado por Javier Bardem. Un aspirante a artista y mago que no consigue trabajo ya que su espectáculo necesita algo nuevo, algo más que trucos con palomas y naipes. La suerte le lleva a conocer a un bebé cocodrilo que canta. Otra sabia elección de esta película, Shawn Mendes que proporciona una voz dulce tenor al cocodrilo.
Josh, Winslow Fegley, es un joven que lucha por encajar en su nuevo colegio. La sorpresa le llega en el desván de su nuevo hogar donde encuentra a Lilo. El cocodrilo ayuda al autoproclamado bicho raro a encontrar su sitio
El CGI está excepcionalmente bien integrado y, con la ayuda de un buen diseño de sonido, evita el frecuente error de hacer que las pesadas criaturas parezcan ingrávidas. Las canciones de Pasek y Paul están llenas de espíritu alegre, acompañadas de algunos clásicos elegidos como “Sir Duke” de Stevie Wonder y un número de Elton John bien elegido.
Los directores Will Speck y Josh Gordon han montado una extravagante versión del clásico libro infantil que se sostiene por sí misma. Un agudo guion con un toque moderno del escritor William Davies le da a Lilo, mi amigo el cocodrilo la suficiente ventaja para mantener las cosas interesantes hasta un enrevesado final. Los momentos de comedia ocasionales son lo suficientemente buenos, mientras que los niños de todas las edades adorarán sus números musicales.
La película no es enormemente original, pero hay muchos momentos genuinamente conmovedores que apuntalan una historia de pertenencia bien elaborada. La historia se mueve en la fina línea que separa lo conmovedor de lo sensiblero, pero el tono extravagante y el agudo guion evitan que las cosas se desvíen demasiado hacia el sentimentalismo.
Javier Bardem se lleva la palma en el papel de un animador olvidado que prospera bajo los focos, mientras que Lilo te robará el corazón con unas melodías conmovedoras y una inocencia ingenua que es difícil no querer.
Una película familiar de gran calidez, con grandes números musicales que harán que otra generación de niños busque en el desván la posibilidad de encontrar un cocodrilo cantante.