'Halloween: El Final': El mal nunca muere

'Halloween: El Final':                                    El mal nunca muere

3’5 Butacas de 5

Tras un año de espera, por fin se estrena Halloween: el final (Halloween ends, David Gordon Green, 2022), la nueva película de la emblemática saga iniciada en 1978 por John Carpenter, que aquí vuelve a ejercer como productor y músico. Mucho se ha especulado sobre cómo podría ser el cierre (¿?) de esta nueva trilogía producida por Jason Blum y su Blumhouse Productions (el sello cinematográfico más rentable del panorama actual) después de Halloween kills, película muy notable que dejaba claro que el mítico serial killer Michael Myers es más que un humano, es el mal personificado en un ente con figura antropomórfica que representa todos nuestros males y temores. Llena de metáforas, la anterior entrega de la serie prometía ser un puente hacia una “última película” protagonizada por Myers que incluyera más violencia, más épica y supusiera un cierre memorable a una saga que ha abarcado hasta el momento seis décadas.

Para bien o para mal, nada de lo esperado se ha cumplido en Halloween ends, pues Gordon Green y sus co-guionistas (Chris Bernier, Debra Hill, Paul Logan y Danny McBride) han optado por hacer recaer el protagonismo de la cinta en un personaje inédito hasta el momento: Corey Cunningham, un joven relacionado con la muerte de un niño y que será acosado y repudiado por buena parte de la población de Haddonfield. La historia de amor entre el chico y Allyson (Andi Matichak), nieta de Laurie (Jamie Lee Curtis), y el bullying sufrido por Corey (y todo lo que conlleve) conforma el epicentro de una historia donde Myers es relegado a un segundo (o tercer) plano y cuyo abrupto y precipitado desenlace corre el riesgo de no dejar satisfecho al fan de Halloween pese a sus múltiples referencias a la saga. Y es que si hay una palabra que caracteriza el film que nos ocupa es, precisamente, el riesgo, pues esta nueva película acierta a la hora de alejarse de los cauces habituales de la serie y, como ya hiciera Halloween III: El día de la bruja (aunque esta de una manera más radical) , se atreve a apartar a Michael Myers de la trama central para evidenciar que la saga puede sobrevivir sin el conocido asesino (probablemente para sondear al público de cara a futuras entregas).

Así pues, tenemos un supuesto cierre de etapa totalmente imprevisible que juega con las expectativas de los seguidores de Michael Myers y que complacerá al espectador asiduo al subgénero slasher que sepa abstraerse de lo que pueda esperar de un film de este serial. Quien lo consiga encontrará en Hallowen: el final una obra destacable dentro de sus parámetros que mantiene el notable nivel de sus dos últimas predecesoras y que tiene todos los elementos para mantener el interés del respetable durante sus ciento diez minutos: un protagonista cuya evolución despertará la empatía del público, la siempre presente incertidumbre de cómo se resolverá el conflicto de los personajes, un villano amado por los fans, su archiconocida e igualmente querida némesis y, como siempre, la inquietante música de John Carpenter. Además, como en sus antecesoras, trae consigo una serie de metáforas que podemos extrapolar al mundo cotidiano y un claro mensaje: el mal es un virus que nunca muere, solo cambia de forma.