4 Butacas de 5
Hace una semana, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, afirmaba en un pleno que los familiares de los fallecidos en las residencias madrileñas “ya han pasado página” de las muertes. Unas declaraciones repugnantes, vomitivas e infectas de un tipo que no mostraba empatía ni sensibilidad ninguna. Un ejemplo de la poca decencia que existe con la tercera edad y lo que les rodea.
La soledad, demencia y necesidad de compañía son algunos de los factores en los que se ven envueltos nuestros mayores, siendo abandonados por sus hijos en residencias y hogares, y en otros casos siendo partícipes de la decadencia dramática al ir apagándose la bendita luz que les rodea.
‘Viejos’, la nueva película de Raúl Cerezo y Fernando González, no es simplemente un relato de terror. Es el reflejo del pavor que rodea a la tercera edad, de la soledad en la que se ven inmersos y la necesidad de amor que tienen de sus familiares. Una película que proyecta la locura y drama a la que se ven sometidos en la ausencia de los suyos, en la falta de cuidados por parte de sus familias y haciéndolos partícipes de cómo la demencia hace que se marchiten todavía más los lazos familiares.
Raúl Cerezo y Fernando González dan un giro de 360º grados a su filmografía con su nuevo largometraje. Tras el buen sabor de boca que dejaron con ‘La Pasajera’, con ‘Viejos’ sacan su lado más serio del terror, el más metafórico y doloroso que han hecho hasta ahora. Una historia tan real y horrible que no necesita de los típicos clichés del género de terror. Es un pavor mucho más psicológico, aterrador y lúgubre con escenas que a más de uno le rasgará la conciencia.
La película posee un significado que va mucho más allá del concepto de lo sobrenatural, no se limita a jugar con situaciones de sobresaltos, es todo mucho más escabroso, escatológico y putrefacto en la atmósfera, cualidades que la convierten en un largometraje que escarba en las heridas internas de los mayores.
Una historia que nos traslada a la vida de Manuel (Zorion Eguileor), el cual tiene que mudarse a la casa de su hijo Mario (Gustavo Salmerón) y la familia de éste después de que un terrible suceso acabe con la vida de su anciana mujer. La ola de calor es angustiosa y a medida que crecen los grados, aumenta la tensión del clímax. Poco a poco, la realidad se impone: algo incomprensible ocurre con Manuel. Las voces que dice escuchar, las presencias con las que dice hablar. Lena (Irene Anula), la mujer de Mario, quiere echarle de la casa: está segura de que algo espantoso puede ocurrir. Solo Naia (Paula Gallego), la hija adolescente, está de su parte, pero incluso ella empieza a dudar a medida que los fenómenos extraños se suceden en torno a su abuelo, cada vez más perturbado.
Protagonizada por Gustavo Salmerón, Irene Anula, Paula Gallego y Zorion Eguileor, es el veterano actor (Zorion Eguileor) quien se lleva todos los aplausos en su terrorífica interpretación. El intérprete está sublime en sus silencios y diálogos, aportando ternura, empatía y pavor a lo largo de las situaciones que se dan.
Un largometraje sin fisuras, con una cinematografía libre además de un guion inquietante, intimidante, que abraza lo raro con lo real hasta sumergirnos en un apocalipsis sobre el tratamiento que le da la sociedad a la tercera edad.
‘Viejos’ es el infierno más espeluznante de la realidad, del trauma que genera la soledad, de haberlo dado todo por los hijos y quedar atrapados en un constante relato de terror, que se adentra en nuestra dermis, sumergiéndonos en un ambiente hostil y de conflictos emocionales.