Feminismo, prisioneros y la adolescencia
Como todos los años por estas fechas, vuelve una de los eventos más importantes para la industria cinematográfica española. La 70 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián se viste de gala para cumplir un nuevo aniversario con uno de los mayores números de películas españolas en su programación y con muchas ganas de volver a vivir un festival sin ningún tipo de medida de seguridad por la pandemia. ¡Ha llegado el momento de volver a la normalidad! Ha llegado el momento de resumir todas esas cintas que hemos visto en este Zinemaldia.
Peter Von Kant, de François Ozon
La primera cinta del festival es nada más y nada menos que lo nuevo del director francés François Ozon. Después de convencer al público con su anterior filme, Todo ha ido bien (que también se estrenó en el festival), vuelve para hacer un retrato del director Peter Von Kant, sacado de una historia original de R. W. Fassbinder. Esta vez, Ozon falla estrepitosamente, creando una película descompensada, que se mueve entre el drama y la comedia involuntaria en lo que su mayor valor son sus personajes, tan variados y variopintos como la situación que están viviendo. Sus intenciones y su intención por hablar de las obsesiones dentro de la industria del cine son dignas de alabanza, pero el guion no termina de reflejar eso de la forma correcta.
Girasoles silvestres, de Jaime Rosales
Entramos con la primera película española de la sección oficial del festival. Jaime Rosales vuelve a la gran pantalla tras Petra y nos trae una historia que sabe retratar muy bien el drama de las relaciones amorosas (y tóxicas), y sobre todo las consecuencias que tienen estas en la personalidad de una persona. A pesar de tener sus altos y bajos y llegar a considerarse repetitiva en algún momento, eso no quita que sea una buena película con la que sufrirás a la par que con la protagonista, una Anna Castillo que realiza una buenísima interpretación. Sin embargo, quien se lleva todas las miradas es un Oriol Pla, que da un golpe en la mesa y se convierte en un secundario de lujo. Increíble.
Don’t Worry Darling, de Olivia Wilde
Llegamos a una de las películas más complicadas del año. Todo el mundo sabe y conoce los dramas detrás de Don’t Worry Darling. A raíz de esto, es lógico que todos tengamos nuestras dudas a la hora de entrar en la nueva cinta de Olivia Wilde. Aún así, esta no es la realidad. Esta cinta sabe muy bien lo que quiere contar en todo momento, resulta entretenidísima en todos sus actos, y cuenta con una Florence Pugh en el que podríamos decir que es el mejor papel de su carrera. Y ya no solo podría resultar un blockbuster de primera categoría (sobre todo si la hubiera dirigido un hombre), si no que también es una reflexión y crítica a la masculinidad tóxica, a los incels y a esa clase de hombre opresor, en una cinta que fácilmente podría ser una reinterpretación de El show de Truman. Una de las mejores cintas del festival.
Broker, de Hirokazu Kore-eda
Kore-eda es uno de los realizadores más clásicos del festival, debido a su forma tan admirable de hablar acerca de la familia y las distintas relaciones sociales. Broker no iba a ser una excepción, desde luego. Parecía imposible, pero el realizador japonés lo ha vuelto a hacer. El espectador se emocionará con este road trip tan emocional, con ese viaje hacia el entendimiento y la hermandad que tienen los cuatro protagonistas de la película. Esta está decidida a hablar sobre esa familia que elegimos, esas personas que se terminan convirtiendo en nuestra familia, y la verdad es que Kore-eda lo consigue a la perfección. Dinamismo, mucho ritmo, unos sorprendentes puntos cómicos que embellecen el film y cuatro personajes ricos y llenos de matices. El público se encontrará con un par de momentos que, sí, acabarán recorriendo todos los timelines de Twitter. Y es que es muy fácil emocionarse con una película que cuenta con tanta alma.
Un año, una noche, de Isaki Lacuesta
Isaki Lacuesta se ha metido de lleno en una historia de lo más cruda con Un año, una noche. No es un reto fácil el realizar una película sobre un evento tan cercano y terrorífico como los atentados de la sala Bataclán de París. Sin embargo, el catalán sabe salirse con la suya, realizando una película que no resulta morbosa o sensacionalista a los ojos del espectador. La historia nos relata la relación de Ramón y Céline después de haber pasado por este acontecimiento tan traumático, y sobre cómo ambos lo van superando con el paso del tiempo de formas radicalmente distintas. Y esto es lo verdaderamente impactante de la película. Lacuesta sabe muy bien cómo manejar los ritmos de esta cinta, con un guion que sabe lo que quiere contar y dos protagonistas que están de lujo. Noemie Merlant y Nahuel Pérez Biscayart son el alma y aporta luz al final del túnel de una cinta terrorífica (a la par que buenísima).
El suplente, de Diego Lerman
Volvemos a la sección oficial del SSIFF, pero esta vez nos trasladamos a la nueva película de Diego Lerman. Después de Una especie de familia, el director argentino nos lleva a una historia que hemos visto en multitud de ocasiones. La clásica trama del profesor que intenta salvar a sus alumnos la hemos presenciado en más de una obra audiovisual. Y con esas, Lerman consigue que la suya tenga una personalidad concreta. Es entretenida y sencilla, pero sí es cierto que su guion peca de caer en ciertos puntos comunes y tramas que no llevan a ningún sitio, que no dejan espacio a lo que verdaderamente quiere contar. Juan Minujín interpreta al profesor que todos habríamos querido en el instituto.
Rainbow, de Paco León
Volvemos a lo español, pero está vez nos metemos de lleno en una de las proyecciones más esperadas del festival. Lo nuevo de Paco León es una reinvención de la historia de El mago de Oz, en una versión llevada al aspecto más urbano y moderno de nuestra época. La película logra ser estrambótica y original, pero no termina de congeniar con el público en muchos aspectos, sobre todo a nivel de historia y protagonistas. El duelo interpretativo de Carmen Machi y Carmen Maura consigue llevar al espectador sobre el arcoiris. Se nota que ambas actrices se lo han pasado de lujo, regalándonos unos momentos y unos chistes impagables. Gracias por tanto a estas dos grandes damas del cine español.
Argentina, 1985, de Santiago Mitre
La sección Perlak de este año se encuentra con un plantel de películas de lo más variado. Eso sí, os puedo asegurar una cosa: ninguna es como Argentina 1985. Santiago Mitre se presenta en San Sebastián (después de pasar por Venecia) con una película que, si bien puede llegar a causar rechazo debido a su efecto biopic o histórico, eso no quita que no sea una cinta con fuerza, ritmo, y mucha seguridad en la historia que está contando. Es imposible aburrirse en esta guerra por la justicia y la verdad del pueblo argentino, que enfrenta claramente al antiguo régimen con las nuevas generaciones en una película que, a pesar de tratar un tema más complicado o tenso, sabe muy bien cómo jugar sus cartas a nivel de guion y dirección. Divertida, original, y que te dejará con la piel de gallina.
Modelo 77, de Alberto Rodríguez
Por aquí se ha tardado un poco en ver la película inaugural del festival. Modelo 77 es la nueva confirmación del talento de Alberto Rodríguez, un director que sabe a la perfección como fusionar un buen blockbuster con una buenísima historia de personajes, que luchan por conseguir lo que siempre han soñado: la libertad en un periodo complicado de la historia de España. El dúo interpretativo que forman Miguel Herrán y Javier Gutiérrez es increíble a muchos niveles, consiguiendo una química inesperada que recorre toda la película. Todos sus secundarios (incluyendo un Jesús Carroza que sorprende para bien) están espectaculares. Una de las mejores películas españolas del año.
En los márgenes, de Juan Diego Botto
Uno de las grandes óperas primas españolas de este año viene de la mano de un conocido de la industria. Juan Diego Botto se mete de lleno en la dirección con una película de lo más complicada: En los márgenes roza el melodrama en ciertos momentos, y toma algunas decisiones excesivas para el relato que se plantea. Sin embargo, esta cinta deja claro que Botto tiene un futuro muy prometedor en el apartado de la dirección. Las grandes bazas de la cinta vienen de la mano de Penélope Cruz (siempre excepcional), Luis Tosar (que se acomoda en un personaje más alejado de su zona de confort), y Adelfa Calvo, que conquista al espectador con su amor y ternura.
Forever, de René Frelle Petersen
Una de las candidatas danesas a los Oscar es Forever, cinta de René Frelle Petersen que nos relata el duelo y el camino de una familia tras la muerte de uno de sus miembros fundamentales. Una de las características que son determinantes en esta cinta es el ritmo, más pausado que el de otras cintas de similares temáticas. Esto hace que nos metamos de lleno en sus vidas, aunque también consigue que el ritmo se ralentice, haciendo que a veces sea algo complicado para el público seguir la narración (sobre todo también gracias a algunas decisiones narrativas que Petersen toma por el camino).
Winter Boy, de Christophe Honoré
Todos los que conocemos el cine de Christophe Honoré sabemos perfectamente qué podíamos esperar con su nueva cinta, pero nunca podíamos esperar algo así. El director francés se encarga de contarnos una historia, como la de la cinta anterior, sobre el duelo a una temprana edad, en el contexto de un adolescente LGTBI. La cinta termina resultando caótica y borrosa, pero partiendo de una naturaleza como la que se presenta, es el aspecto más lógico para dar estructura a una trama llena de momentos incómodos, crudos, y que cuenta con un rayito de esperanza. Todo el cast está tremendo, aunque Binoche siempre termina siendo el gran punto a favor.