70 años lleva San Sebastián siendo una ciudad de cine: el pasado viernes se inauguraba en la localidad vasca una nueva edición del Zinemaldia, que vuelve a reunir en sus diferentes secciones lo mejor del panorama cinematográfico español e internacional.
Plato fuerte con el que empezar fue “Don’t Worry, Darling”, un título que sólo será desconocido para aquellos que no buceen asiduamente por redes sociales. Y es que la polémica que ha rodeado a la nueva película de Olivia Wilde –líos en el rodaje, el supuesto escupitajo de Harry Styles– ha sido tan sonada que ha logrado opacar al contenido de la misma. Como aquí nos interesa dejar de lado la controversia, nos centraremos sólo en este último: la estadounidense ha logrado una cinta excesiva y fantasiosa, a ratos irregular, pero que no deja de tener ciertas secuencias magníficas. Por supuesto, la culpa de ello recae mayormente en Florence Pugh, quién vuelve a salir airosa con una interpretación que quedará grabada en la cabeza de los espectadores.
Por otro lado, la Sección Oficial fue inaugurada por “Modelo 77”, un drama carcelario bastante potente dirigido por Alberto Rodríguez. El director español escoge como protagonistas a los presos que lucharon por la amnistía tras la muerte del dictador en 1975, a riesgo de tener que enfrentarse a las palizas de los funcionaros y viéndose obligados a utilizar su propio cuerpo como arma arrojadiza contra un sistema que les deja completamente abandonados. Con un guión solvente y un dueto principal entregado a la causa, es más que probable que a esta película le caiga algún que otro Goya en la próxima edición de los premios del cine español.
Otra de las grandes de la Sección Oficial es “El Suplente”, dirigida por el argentino Diego Lerman. Asiduo en el Festival de San Sebastián, el director narra la historia de Lucio, un profesor que encuentra la salvación para sí mismo a través de su trabajo en un instituto de los bajos fondos de Buenos Aires. Aunque la premisa pueda sonar sencilla, gana en complejidad a medida que vemos como la simbiosis entre todos los elementos de la película va tomando forma y desarrollándose. La redención, la importancia de las relaciones con aquellos que nos rodean o el rol de las artes y la literatura son algunos de los temas que tienen cabida dentro de la cinta, que para la que escribe debería ser sí o sí una de las premiadas.
Otra película argentina está triunfando también en San Sebastián, y lleva por título “Argentina,1985”. Con una mezcla perfectamente conseguida entre momentos cómicos y drama, Santiago Mitre se inspira en la historia del fiscal Julio Strassera y sus compañeros, quienes trataron por todos los medios de encarcelar a los pesos pesados de la dictadura que sometió al país entre 1976 y 1983. La memoria es importante para cualquier país, y en su más que logrado relato Mitre se esmera en hacernos ver que sin ella corremos el riesgo de repetir indefinidamente los errores del pasado. De momento se trata de la favorita del público –superando incluso a “As Bestas”– para alzarse con el Premio de la Ciudad de Donostia.
Para añadir aún más películas a la cosecha patria Paco León ha presentado “Rainbow”, su nuevo trabajo para Netflix inspirado muy libremente en “El Mago de Oz”. Se trata de una cinta esperpéntica e inclasificable en la que el espectador va a encontrase de todo: villanas cazafortunas, actuaciones musicales de fantasía y un cuarteto protagonista –integrado por los debutantes Dora y Wekaforé Jibril, y por Luis Bermejo y Ayax Predosa– que conseguirá sacar más de una carcajada entre los espectadores.
En un registro completamente diferente se mueve “El Agua”, el debut con el que Elena López Riera se perfila como una de las directoras españolas a las que merece la pena seguir la pista. La película fluctúa entre el misticismo y el documental en una historia que bebe de las leyendas que se contaban en la tierra natal de la cineasta, Orihuela. Allí el agua arrasa con todo lo que pilla por su camino cuando llega la gota fría, y si el río se enamora de las mujeres se las lleva con ellas para que no vuelvan. De esta premisa surge un maravilloso relato acerca del amor, la familia y la adolescencia en el que las imágenes cautivan y las actuaciones, como el propio río, atrapan (en especial la de la primeriza Luna Pamiés).
Otro director español, Isaki Lacuesta, presenta dentro de la sección Perlak una película que ya estuvo en su día entre los largometrajes que competían por llevarse el Oso de Oro en Berlín: “Un año, una noche”. Con los atentados ocurridos en la sala Bataclan de París como telón de fondo, el cineasta español explora como el trauma puede resquebrajar una relación por completo. Que se lo digan sino a Ramón y a Céline, una pareja interpretada por los fantásticos Nahuel Pérez y Noémie Merlant y obligada a repensar por completo su vida tras la tragedia. Lo mejor de la película junto con sendas actuaciones es el montaje, mediante el cuál el director une con inteligencia pasado y presente para crear una amalgama de sensaciones confusas que se asemejan al desorden que atrapa a los personajes y les dificulta continuar hacia delante.
Además, si han visto el cartel principal del festival habrán visto que tiene una clara protagonista: Juliette Binoche. La actriz francesa ha recibido el Premio Donostia por toda su carrera, aunque con su interpretación en la nueva película de Claire Denis, “Avec amour et acharnement”, demuestra que se encuentra en plena forma. Ella es lo más reseñable de una cinta que está lejos de ser interesante, especialmente porque la historia que da forma a la cinta ya ha sido contada mil veces, sin que Denis sea capaz de aportar nada nuevo.
Por delante del festival quedan todavía platos fuertes como “Suro” (debut de Mikel Gurrea), “La Maternal” –la nueva cinta de Pilar Palomero tras su triunfo en los Goya con “Las Niñas”– o “La Consagración de la Primavera”, de Fernando Franco. Internacionalmente, Sebastián Lelio también presentará en el Festival “The Wonder”, mientras que “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades” aterrizará en Perlak tras su estrepitoso paso por Venecia.