3’5 Butacas de 5
Es muy probable que el cine español está viviendo su mejor época en este momento. Nunca antes habíamos tenido una calidad y diversidad tan rica dentro de nuestra industria. El nivel de producción experimentado en los últimos años es enorme, por lo que siempre es un buen momento para el descubrimiento de nuevos talentos e historias que toquen la fibra de todos los espectadores. Uno de estos autores es Mikel Gurrea, que ha decidido plasmar la historia de una pareja en deconstrucción en su primera película, Suro.
Suro nos lleva hacia un viaje a la vida de una pareja: Iván y Elena. Ambos deciden mudarse a una casa en el campo, donde tendrán que vivir con los problemas y preocupaciones de la vida campestre y la constante tensión entre los lugareños y los inmigrantes hará que sus primeras semanas en este apacible lugar los lleven a tomar una decisión: posicionarse en una guerra en la que no se esperaban entrar.
Una de las particularidades de Suro es su sencillez en lo que a trama se refiere. Esta no deja de ser una premisa sencilla pero rematadamente profunda cuando se lo propone. Gurrea sabe muy bien cómo llevar la trama hacia el lugar que propone la historia, aunque está a veces termina convirtiéndose en algo más convencional llegando hacia su parte final, que resulta potente, pero deja con ganas de profundizar en la historia de Iván y Elena.
A pesar de ser su primer largometraje, Mikel Gurrea realiza una ópera prima pausada y correcta, dejando claras sus intenciones desde un primer momento de contar, no solo la historia de dos mundos que chocan en un entorno recóndito y rural, sino también la de una pareja que va chocando con el paso de la cinta. Una reflexión sobre el hecho de salir de tu zona de confort para revelar lo que está pasando realmente en el interior de la pareja. Gurrea deja claro un gran talento para contar historias, aunque en ciertos momentos puede que su trama se desparrame cuando intenta tocar ciertos puntos. Aun así, sigue siendo una buena ópera prima.
Suro no sería posible sin el inigualable sello de sus dos actores protagonistas. Tanto Vicky Luengo como Pol López forman un buen tándem en la pantalla, a pesar de que muchas veces la química no esté de su lado. López realiza una interpretación muy notable, sorprendiendo al público con ciertas escenas de tensión que fácilmente destacan a lo largo del film. Aun así, la que se come la pantalla es (una vez más) Vicky Luengo, que nos regala un personaje tan complicado como comprensivo y una interpretación de lujo, llegando a su clímax en una de las escenas principales del desenlace.
En conclusión, Suro parte de una premisa sencilla para dar al espectador una historia de choque de mundos, de relaciones de pareja que no terminan de encajar y del mundo rural y su papel dentro de la vida de todos nosotros. La ópera prima de Gurrea deja a la vista la capacidad del vasco para contar historias tan sencillas como reales, a pesar de que el film peque en ciertos momentos de querer abarcar varios aspectos de la historia. Vicky Luengo y Pol López podrían posicionarse como dos de las mejores interpretaciones españolas del año.