4 Butacas de 5
Jordan Peele se ha convertido en uno de los autores imprescindibles del cine norteamericano actual. Han pasado 5 años desde que el neoyorquino sorprendió a toda la industria cinematográfica con Déjame salir, una película que le catapultó a la fama (y con la que, recordemos, ganó un Oscar a mejor guion original). Tras una película tan divisiva y controvertida como Nosotros (una cinta que merecía muchísimo más reconocimiento en su año y en la actualidad), este director nos trae un nuevo cuento tan tenebroso como perturbador: Nop.
Porque sí, Nop no (valga la redundancia) es la clásica peli de extraterrestres que atacan la tierra. Porque, ¿de qué trata realmente la nueva película de Jordan Peele? La acción se sitúa en un pequeño pueblo desértico de California, alejado de cualquier tipo de civilización. Allí viven dos hermanos, OJ (Daniel Kaluuya) y Em (Keke Palmer), quienes tendrán que enfrentarse a una amenaza que no se esperan: la de una misteriosa forma que se esconde entre las nubes y que amenaza con destruir todo su hogar. Con la ayuda de Jupe, un ex niño actor con diferentes traumas (Steven Yeun); y Angel, un dependiente de una tienda de electrónica, los hermanos se tendrán que enfrentar a lo desconocido.
Si hay una cosa que se le tiene que reconocer a Jordan Peele es su manera magistral de tratar el terror, de crear una ambientación lo suficientemente poderosa para encerrar al espectador en sus historias. El misterioso monstruo que se encargará de atemorizar a los protagonistas (y al público) es una parte más de la ambientación, de ese aura de horror y desconocimiento que rodea el film. Además, Peele no se queda ahí. Decide fusionar las reglas del cine de terror de extraterrestres con el de aventuras, creando un tercer acto digno de cualquier blockbuster veraniego. Eso también puede ser su peor error para parte de sus fans: el no llegar a convertirse en una clásica película de terror, dejando de lado este género para convertirse en una cinta inesperada.
Y por si fuera poco, el guion sabe muy bien cómo construir la historia y leyenda alrededor de estos personajes y el misterio que rodea el valle. No solo utiliza la comedia negra en los momentos apropiados y unas imágenes de lo más gore e impactantes cuando más lo requiere. Además, realiza una crítica social (como es habitual en sus películas) hacia la explotación, el uso inadecuado de animales para fines de entretenimiento, y una crítica clara a favor del animalismo y de la ineptitud del hombre ante ciertas criaturas.
Nop se encuadra claramente dentro de la filmografía de Jordan Peele. El talento del director se encuentra en todas y cada una de sus escenas. No solo se encarga de regalarnos escenas espectaculares en lo que a nivel técnico y conceptual se refiere (como cualquier escena nocturna en el valle o ese prólogo tan escalofriante). Su forma de crear el monstruo a través del cielo y las nubes es tremendamente original, muchas veces bebiendo del maestro Spielberg y su Tiburón.
A nivel técnico, Nop deja claro que Jordan Peele ha subido un escalón a nivel de calidad. No solo cuenta con una fotografía que cuenta con ángulos y encuadres de lo más locos e ingeniosos (gracias al talento de Hoyte van Hoytema, director de fotografía de cintas como Interstellar o Ad Astra), sino que su música mete de lleno al público en la historia, creando una composición que te deja con el corazón en un puño en todo momento (sobre todo durante ese magnífico tercer acto).
El reparto entra de lleno en el juego que propone Peele con su Nop. A pesar de que Yeun no termina de encontrar su personaje entre tanta locura (tampoco es que este se preste demasiado), los que si son de lo más juguetones son Daniel Kaluuya y, sbore todo, Keke Palmer. Los dos hermanos en la ficción saben muy bien lo que tienen que hacer en todo momento, dejando a Palmer como la MVP de esta película. Graciosa, histriónica, completamente ida por momentos, la actriz no tiene problema en darlo todo con un personaje que es todo un caramelito.
En conclusión, Nop es una nueva prueba del inmenso talento que posee Jordan Peele para contar historias tenebrosas desde una perspectiva social y excitante. A pesar de no entrar del todo en el género de terror e incluso dejarlo a un lado en ciertos momentos de la trama, el director no tiene problemas en fusionar la aventura con el horror, dejándonos una crítica social a la explotación de animales y una trama sobrenatural que mantiene al espectador al borde del asiento. Y sí, Keke Palmer es la absoluta reina de una película en la que se lo ha pasado como una enana.