3’5 Butacas de 5
El cine negro, el thriller más visceral y la suciedad de los asuntos oscuros son un reclamo para todos aquellos que quieran disfrutar de las buenas historias. ‘Entre la vida y la muerte’, del cineasta Giordano Gederlini, es uno de los últimos ejemplos en las carteleras con el que poder sumergirse en un largometraje de género noir que huye de lo irracional para ir directamente a la realidad.
Con un exquisito Antonio de la Torre como protagonista, el intérprete se sumerge en una historia de sufrimiento, corrupción y por supuesto de una visceralidad con la que hace gala del pedazo de actor que es.
De la Torre es el reclamo absoluto de una película en la que interpreta a un conductor de metro que asiste al suicidio de su hijo, provocando que salga de él todo el dolor de un padre ante la pérdida y la violencia que se esconde en el alma ante la búsqueda de respuestas.
A través de un relato en el que la oscuridad y suciedad urbana se entrelazan con la violencia más ruda y una narrativa de lo más sencilla, el espectador se sumerge en un viaje opaco, brusco y adictivo sobre los railes de una trama criminal que saca lo mejor en todo momento de Antonio de la Torre.
Con una ambientación llena de oscuridad, como ese aroma a subterráneo, aquel que se siente a disfrutar de ‘Entre la vida y la muerte’, encontrará un limbo de placer por el cine negro además de acercarse a una credibilidad extrema gracias al lucimiento de uno de los mejores actores que existen a día de hoy: D. Antonio de la Torre.
Con una dirección solvente y un reparto sólido, se trata de un largometraje que no se anda con florituras, directo al grano y que permite permitiendo disfrutar en todo momento de un relato redondo.