3’5 Butacas de 5
La comedia española suele contar con diferentes vertientes, muchas más de las que el público general puede llegar a creer. Puede que uno sea fan de la comedia más castiza y de diferencias culturales, como es el caso de Ocho apellidos vascos o Perdiendo el norte; o puede que sienta una gran predilección por el surrealismo más histriónico y/o alocado, al más puro estilo Mujeres al borde de un ataque de nervios o El día de la bestia. Sin embargo, hay un género español de comedia que nos apasiona a todos y cada uno de los españoles, y este subgénero tiene nombre y apellidos: Carmen Machi. La reina del cine español se cuelga los hábitos para hacernos reír una vez más en Llenos de gracia.
Llenos de gracia es una historia hecha para todos los públicos. La hermana Marina, interpretada por Machi, llega al orfanato El Parral para pasar un verano dando clases. Sin embargo, parece que los jóvenes no están por la labor de colaborar. Con la amenaza del cierre del orfanato y muy poco interés en los estudios, Marina luchará todo lo posible por convertir el verano de estos niños en algo único, sobre todo de Valdo, uno de los jóvenes más especiales de la clase. ¿Cómo lo intentará? Creando un equipo de fútbol en el que ella misma terminará siendo la entrenadora. Ni más ni menos.
Se podría pensar que la historia de Llenos de gracia es manida y algo vista en algunas producciones españolas de los últimos 20 años. A pesar de eso, no podemos dejar a un lado su relevancia social, y su intento por mezclar dos temas tan poco originales como explosivos si los sabes utilizar bien. Y sí, está claro que la cinta de Roberto Bueso los maneja a la perfección. ¿Quién podría decir que el fútbol y las monjas podrían ser como uña y carne? El guion funciona como un tiro, sobre todo a un nivel más cómico. Sí, cae en las clásicas bromas de este tipo de cine, pero eso no quita que también tenga originalidad y mucho desparpajo para aunar una trama que saca la carcajada al espectador con muchísima facilidad (incluso con ciertos momentos de surrealismo que lo sacan por completo)
Pero no todo en Llenos de gracia es comedia y chascarrillos trillados. Una de los conceptos más apasionantes de esta cinta es su forma de tratar la orfandad, y la manera en la que los niños intentan encontrar su hueco en el mundo y luchar contra sus propios demonios. La emoción y su intento por cautivar al espectador con buenas palabras y momentos de reflexión son una de sus grandes bazas. Y sí, confirmamos que lo consigue a la perfección. La película llega a los corazones de cualquier tipo de público, incluso al más frío. Es una cinta perfecta para ver con toda la familia.
Todos tenemos claro cuál es el gran punto de apoyo de esta película, y esa no es otra que Carmen Machi. La actriz madrileña es única creando personajes que traspasan la pantalla y conquistan al espectador, y la hermana Marina no iba a ser una excepción. Machi nos regala una interpretación acomodada, sí, pero también solvente y personal debido a su gracia natural y a su forma de encandilar al espectador. La actriz es el alma de Llenos de gracia y juega hasta el final con humor, gracias a un personaje muy poco visto dentro de su trayectoria. Machi siempre trabaja a favor de la obra, y aquí no iba a ser una excepción.
Si Carmen Machi es el alma de la película, también podríamos decir lo mismo de los niños que la acompañan a lo largo de la historia. Estos jóvenes intérpretes cuentan con una particularidad que hace que Llenos de gracia sume algunos puntos: resultan de lo más graciosos y adorables. Uno de los grandes problemas de este tipo de producciones es su dificultad para conectar estos personajes con el espectador más adulto, y el guion de Bueso y Díaz no tiene problema a la hora de escribir a estos jóvenes de una forma real y de lo más emocionante (¡y súper divertida!). El resto de actores de la cinta funcionan al mismo tiempo acorde a la obra, con una Paula Usero de lo más cándida y un Pablo Chiapella que, aún con actitudes y humor más clásico y visto en otros de sus papeles, sigue trabajando notablemente bien a lo largo del film.
Todo esto hace que Llenos de gracia sea una de las comedias más relevantes de los últimos años en el panorama español. Se aleja de las tipicorras tramas y gags del género todo lo que puede para traer una trama con corazón, mucho humor, y una historia sorprendentemente real e inesperada. El fútbol y la religión se funden en un guion aparentemente sin fisuras (aunque alguna que otra hay) en el que Carmen Machi es la reina del cotarro. La película de Roberto Bueso rebosa cariño y muchísimo humor, y por eso es una de las grandes comedias del año.