3 Butacas de 5
¿Cómo evitar el legado familiar? El protagonista de esta historia escrita y dirigida por Michel Franco, nos lleva por ese camino de la dejadez y la confusión.
Neil (Tim Roth), es el descendiente junto a su hermana Alice (Charlotte Gainsbourg) de una adinerada familia británica que posee una empresa de productos porcinos. Ambos, de vacaciones en Méjico reciben una terrible noticia que les obliga a volver de inmediato, pero Neil finge olvidarse el pasaporte para quedarse en el país y esto desemboca en sucesos cada vez más oscuros y profundos.
Tim Roth un actor bastante conocido por trabajos con Quentin Tarantino como Reservoir dogs o Pulp fiction nos presenta una gran interpretación. Nos conduce por la mente de un personaje que quiere huir de todo para lo que fue predestinado y que desea una vida sin ataduras y responsabilidades.
Es una trama que te deja confuso y perdido, te haces mil preguntas sobre por qué Neil quiere olvidarse de su familia, teniendo en cuenta que el protagonista no dice nada al respecto en ningún momento y al igual que su familia le miras expectante para averiguar que está pasando por esa mirada impasible presente durante todo el filme.
La historia es interesante como punto de partida, pero acaba cayendo por su propio peso. Tenemos una gran ambientación y realismo sobre el entorno y las gentes de Mejico, así como la delincuencia tan presente para ellos hasta el punto de no alarmarse ya que es parte de su día a día. Sin embargo, aunque con algunos puntos surrealistas en los que nos adentramos al fin en la cabeza de Neil, ver constantemente a un hombre callado, realizando las mismas acciones y siguiendo su propia rutina vacacional acaba resultando aburrido por su monotonía.
Hay personajes bastante interesantes que se cruzan en su vida y que se desarrollan muy poco. La película peca de focalizarse solo en el protagonista y eso hace que te deje de importar.
Parece que la película empieza a evolucionar después de un buen rato y te presentan conflictos y escenarios nuevos, pero no puede evitar volver a lo mismo punto en el que estabamos antes.
La fotografía de Yves Cape ha sido sin duda mi parte favorita, hay un gran cuidado de la imagen y los espacios, creando una atmósfera tonal muy adecuada al discurso.
En conclusión, resulta un trabajo con una buena idea en la que el espectador queda confuso y expectante hasta que finalmente, se cansa de esperar.