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Charlie McGee vive una vida aparentemente normal, asiste al colegio, tiene una buena relación con sus padres y entre sus hobbies se encuentran las tortitas caseras que le prepara Andy, su padre. Sin embargo, todo cambia de forma inesperada cuando el secreto que había ocultado al resto de la sociedad sale a la luz. Las emociones fuertes le causan una reacción bastante inusual: consigue prender fuego a objetos, personas e incluso espacios. Así es que, estando en la escuela, no logra controlar sus poderes y provoca una explosión en los baños.
Ante este descubrimiento, la familia McGee se prepara para huir de aquellos que pretenden aprovecharse de su peculiar poder y utilizarla como un experimento. Este intento de huida se verá frustrado en ocasiones por el descontrol, el agotamiento y por la aparición de individuos desconocidos cuyos poderes son más intensos de los que uno pueda imaginar.
Ojos de fuego es la nueva película de Keith Thomas, basada en la novela del prestigioso escritor Stephen King. Esta novela de suspense, horror y ciencia ficción, fue publicada en 1980 y ha sido adaptada a la gran pantalla en varias ocasiones: en 1984 bajo la dirección de Mark L. Lester y con Drew Barrymore como protagonista; tiempo después, en el año 2002, se estrenó la segunda parte de Ojos de fuego, dirigida por Robert Iscove; y, finalmente, ha llegado de nuevo a los cines con Ryan Kiera Armstrong, Zac Efron y Sydney Lemmon como la familia McGee.
Esta nueva adaptación de Ojos de fuego sobresale por un arranque atractivo que capta rápidamente el interés del espectador. Desgraciadamente, este suspense se desvanece paulatinamente en el desarrollo de la historia, ya que carece de los sobresaltos y temores tan característicos de las narraciones de Stephen King. Un aspecto a destacar es la actuación de Ryan Kiera Armstrong que permite entender a la perfección la evolución del personaje principal, desenvolviéndose de forma asombrosa en este largometraje, demostrando una capacidad de comprensión y trabajo clave para su futuro artístico. Por otro lado, la actuación del ya conocido Zac Efron, quien ha trabajado en películas como Extremadamente cruel, malvado y perverso (2019), El gran showman (2017) y Desierto de oro (2022), entre otras, nos sorprende por su habilidad de adaptación ante personajes tan diferentes de los que años atrás solía interpretar. No obstante, su personaje se percibe incompleto, en gran medida debido a los vacíos que tiene la historia, y por la falta de desarrollo del mismo.
Si bien el relato contado en Ojos de fuego se distingue por la originalidad propia de Stephen King, su adaptación nos deja con ganas de más, con un sentimiento de vacío y con unas expectativas previamente altas. La carencia de la sensación de alarma, temor, sobresalto y asombro que debería estar presente a lo largo de la película, permite la desconexión del público con la historia de Charlie y su extraordinario poder.
Este thriller de terror ya se encuentra en los cines, y es el ideal para aquellas personas que deseen ver una película de miedo sin la necesidad de sobresaltos constantes y el sentimiento de angustia permanente que generalmente causan las películas de este género. Keith Thomas, director de Vigil: Conspiración nuclear (2021), nos presenta su segundo largometraje de la mano de Scott Teems como guionista, a través de la imaginación inigualable de Stephen King.