3’5 Butacas de 5
Mark Wahlberg regresa como boxeador a la gran pantalla, esta vez de la mano de Mel Gibson, y la directora y guionista Rosalind Ross, y con un carácter un tanto distinto.
Stuart Long (Mark Whalberg) fue probablemente uno de los boxeadores más peculiares que hayan existido. Con una carrera autodestructiva que le llevó a perseguir la fama en Hollywood, y que derivó en una gran devoción por la fé cristiana. Este personaje basado en hechos reales, fue un gran ejemplo de lucha y fé en EE.UU., siendo para muchos una figura de redención.
Su continua lucha y búsqueda por un propósito en la vida, se ve reflejada en este film con un tono desenfadado que logra ciertos momentos de humor que suavizan la dura vida de Stu. Partiendo de su complicada y distante relación con su padre Bill Long (Mel Gibson), hasta adentrándose en su romance con la mujer que le introdujo en la fe cristiana, Rosalind Ross consigue mostrarnos con esta cinta su versión de lo que fue la vida de un personaje como Stu.
En términos generales, el personaje de Mark Wahlberg está bastante simplificado en la mayor parte de la película, y no se adentra en la razón por la que se está realizando esta obra hasta casi el final, lo que provoca una sensación de desconexión con el personaje. Por otro lado, y aunque depende del punto de vista de cada uno, es bastante difícil empatizar con él en los puntos más relevantes de su vida, está caracterizado de tal manera que da la sensación que cada cosa que hace está injustificada, y que se deja llevar por una inercia difícil de comprender como espectador, echándose un poco de menos que la directora se adentre con mayor profundidad en el propio Stu, para ayudarnos a entenderle e inspirarnos del mismo modo que él consiguió inspirar a la gente que le rodeó.
En resumen, la película funciona de forma correcta, aunque frecuentemente se eche en falta algo más de esencia en los personajes, siendo el personaje de Mel Gibson quien carga los puntos más fuertes de la cinta, dejando un poco con la guardia baja al resto del elenco. El guion podría haber sido mejor tratado, y los personajes mejor elaborados, generando la complejidad que se merece una historia de superación como esta.