4 Butacas de 5
La inocencia, dulzura, protección y el cobijo. La aventura de la maternidad está llena de curvas y rectas que encarrilan el regalo más hermoso que se puede llegar a tener en la vida: el amor a un hijo.
La maternidad, la conciliación familiar y el deber de los hijos con los padres se tornan en el metraje de ‘Cinco Lobitos’, una de las mejores películas que el espectador podrá disfrutar en 2022. La ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa es el canto a la vida de la maternidad, del aprendizaje de cuidar de nuestros hijos y la responsabilidad de cuidar de ellos durante el resto de los años.
Un largometraje hecho con alma y corazón, que tuvo su puesta de largo en la sección Panorama de la Berlinale. Protagonizada por una maravillosa Laia Costa, la película se centra en la maternidad primeriza de una mujer que no sabe muy bien como ser ese centro de protección de la pequeña. Un trabajo que pone de manifiesto los problemas de conciliación laboral que existen, la necesidad de ayuda y responsabilidad de quienes forman parte del proyecto familiar.
Susi Sánchez, Ramón Barea y Mikel Bustamante completan el reparto de una película exquisita, llena de magia, realismo y mucha vida. El largometraje pone el foco también en la responsabilidad que tenemos los hijos con nuestros padres, con quienes nos han protegido y enseñado a lo largo de nuestros años y que somos ahora nosotros los que hemos de arrimar el hombro una vez que requieren de nuestra atención.
Laia Costa y Susi Sánchez ponen sus cartas sobre la mesa para optar a los grandes premios del año. Sus interpretaciones están llenas de una sensibilidad y naturalidad que hacen que el viaje del espectador sea tan emocional como vibrante. Una historia que no escatima en tocar la fibra y en ejemplificar los problemas que supone el ser madre primeriza sin contar con la ayuda de nadie. Dos mujeres que son un espejo constante en la película, un paralelismo sobre el que chocan, se entienden, cuidan y aman.
Una denuncia también contra la falta de conciliación laboral existente por parte de las empresas, mirando por sus propios intereses a costa de la poca empatía con sus trabajadores a la hora de ser padres.
La directora lleva de manera formidable una ópera prima que late al son de sus protagonistas, un largometraje puro como la vida y que pone de manifiesto la necesidad de seguir contando historias reales, sociales y con la bondad de quienes aman el cine.