Paradise Hills es la carta de presentación de Alice Waddington, una cineasta que ha llegado a Sitges con la misma sonrisa que cualquier adolescente consigue tras visionar sus fantasías hechas realidad.
Una película cargada de ilusión, cariño por las historias mágicas y que demuestra la pasión de la cineasta por contar cosas en la gran pantalla. La importancia de la historia y el conjunto visual de la película son dos de los muchos elementos que destacan del largometraje, y Butaca Butacón ha tenido la oportunidad de conversar con la cineasta tras su estreno en Sitges.