Isabelle Huppert y Reda Kateb protagonizan el incisivo thriller político de Thomas Kruithof que se asoma a los entresijos de la política
El compromiso político, la integridad y los dilemas que conlleva el poder, son las claves de PROMESAS EN PARÍS, el segundo largometraje de Thomas Kruithof (Testigo), un incisivo thriller político protagonizado por Isabelle Huppert y Reda Kateb (Especiales) presentado en la pasada Mostra de Venecia. PROMESAS EN PARÍS tendrá su première española en el próximo festival de cine de Málaga como aperitivo a su estreno en cines el 24 de junio distribuida por Filmax.
El director francés, que ya se adentrara en los entresijos del espionaje con su primer trabajo, La mécanique de l’ombre (estrenado en España con el título de “Testigo”), se asoma ahora a los mecanismos de la política en todos sus estratos. Con guion del propio Kruithof junto a Jean-Baptiste Delafon (Baron Noir), la historia sigue la trayectoria de la alcaldesa de una ciudad en los suburbios de París y su jefe de gabinete en un momento clave de su carrera, cuando llevan años haciendo frente a un grave problema de viviendas degradadas, peleando por los derechos de sus ciudadanos frente al Estado y denunciando la falta de recursos.
“El alcalde ocupa un lugar especial en este sistema: es el enlace entre el pueblo y el Estado. Conoce el nombre y los apellidos de sus administrados y al mismo tiempo está expuesto al Estado central. Sufre la frialdad y el desdeño de los de arriba, y la cólera, la impaciencia y la pérdida de confianza de los de abajo. A menudo la gente piensa que tienen más poder del que realmente tienen.” – explica el director.
La película aborda el compromiso de los políticos locales, su estrecho vínculo con los ciudadanos y el dilema al que se enfrentan cuando se abren las puertas de un impulso hacia el gobierno central. La posibilidad de convertirse en Ministro conlleva también dejar cosas en el camino y, paradójicamente, alejarse de aquellos a los que se representa.
“La promesa es la unidad monetaria en política. Es lo que los personajes intercambian a lo largo de la película. Pero también son las promesas que uno se hace a sí mismo, la línea de conducta que uno mismo se promete seguir. Me gusta esta palabra, es muy concreta, pero también tiene un sentido moral y, por lo tanto, íntimo.” Concluye Thomas Kruithof.