4 Butacas de 5
Estado Impuro es la ópera prima del artista argentino, Arturo Prins, que decidió dedicarse también a la ficción y convertirse en cineasta. En ella aborda el amor a través de la poligamia y hace una reflexión sobre el matrimonio, la rutina y las nuevas experiencias.
Dos tradicionales matrimonios, han sido invitados a pasar el fin de semana en la casa de las afueras de su amigo Daniel, un artista con un secreto que sorprende sobremanera a las dos parejas. Un secreto, en el que todos se verán envueltos de una manera u otra y les hará replantearse su vida, hasta ese momento, normal.
¿Están todos programados para llevar una vida monótona, monógama y aburrida? ¿Por qué no revelarse y hacer lo que les de la gana sin pensar en los dogmas impuestos por la sociedad?
La película ahonda en ciertos problemas candentes de la sociedad actual, no siempre fáciles de abordar, y consigue hacerte pensar sobre los límites de la pareja y los nuevos modelos de relaciones amorosas de hoy en día.
Rodada en la casa de la madre del director, en una zona residencial a las afueras de Buenos Aires, y con un reducido equipo técnico, esta producción supone un ejercicio de creación artística bastante arriesgado. Y sin duda, consigue el propósito con el que nace: incomodar al espectador y hacerle repensar el modelo tradicional de matrimonio monógamo.
Este film, podría ser perfectamente representado en un teatro, por sus limitados escenarios y su clara estructura en tres actos.
Un primero en el que se hace una presentación de cada uno de los personajes y de las relaciones amorosas tradicionales entre ellos.
Un segundo en el que se desarrolla el conflicto principal, y que comienza con los personajes discutiendo y negándose a sucumbir a la propuesta de Daniel, pero cayendo poco a poco en la tentación.
Y un tercero, en el que por fin se desinhiben y se dejan llevar, logrando así contestar, de manera muy diferente a lo que imaginaron, las preguntas que se plantearon en un inicio.
En definitiva, que Estado impuro invite a la reflexión y trate temas que aún siguen siendo tabú es algo positivo, pero también hay que resaltar los planos eternos, que perfectamente podrían ser recortados, consiguiendo una película más corta y más fácil de ver.