Descubrimos los entresijos de ‘Mamá o Papá’
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Podemos decir a estas alturas que Dani de la Orden ya se ha convertido en un fijo de las comedias de Atresmedia –Hasta que la muerte nos separe, El Mejor Verano de mi Vida y El Pregón lo avalan–. Se ha encasillado en un perímetro donde se maneja con soltura, se siente a gusto en una delicada zona de confort. Y digo delicada porque el exigente espectador no suele ver con buenos ojos estos productos, pues suelen ser considerados maniqueos e irrelevantes. Y motivos no les falta. Sin embargo, en ‘Mamá o Papá‘ hay cierta chispa encendida que logra avivar su razón de ser. Además, no hay mejor manera para atrapar al público que con esa primera secuencia a la luz de la noche en mitad de la playa mientras se canta ‘Moriría por vos’ de Amaral.
En esta ocasión, el director de Litus se embarca en una desarreglada –argumentalmente hablando– historia familiar, en un desaliñado revuelo donde dos padres de familia toman la inoportuna decisión de divorciarse. A todos los hijos que se ven ante esta situación, este tipo de infortunios suelen marcarles en tan temprana etapa de sus vidas, les es duro afrontar la cruda realidad que se les presenta. Aunque a veces es incluso más doloroso para los padres tener que alejarse de sus criaturas, esas a las que han criado desde que nacieron y aman con la fuerza de los mares. No obstante, aquí los progenitores querrán evitar a toda costa quedarse con la custodia de los hijos, pues a ambos les ha surgido un proyecto de vida/laboral que les alejaría de Madrid –ciudad a la que Dani da mucho protagonismo en su obra mediante planos recursos de zonas reconocibles de la capital–. Para ello, intentarán ser los peores padres posibles.
Este argumento puede resultar excesivamente manido, pero el buen hacer de De La Orden, la química que se percibe en pantalla entre Paco León, Miren Ibarguren –se nota que ya venían de hacer migas juntos anteriormente en Arde Madrid y Aída– y los infantes protagonistas, y la vis cómica que desprenden algunos personajes secundarios –el fan de Pantomima full se sentirá reconfortado– logran esquivar la planicidad y basicidad de las que podía haber pecado el producto, convirtiéndolo en una comedia que se ve con gusto, que no da tregua al público gracias al desvergonzado e irresponsable divertimento que nos ofrece Dani de la Orden en un título donde refleja y retrata las nuevas generaciones por medio de un humor actual, casi inclusivo.
En definitiva, para el que escribe estas líneas, Mamá o Papá consigue alejarse de la fatídica frontera de las insustanciales comedias comerciales –esas a las que a la media hora de película desearías no haber empezado– y se hace hueco entre las producciones dulces y agradables de ver, pese a que estemos ante una obra que se mueve muy de vez en cuando entre la locura y el éxtasis. El cineasta madrileño también sabe crear una atmósfera sensible y emotiva -destacar momento concurso de talentos mientras se canta el emblemático tema de Rocío Jurado ‘Como yo te amo’– entre la notoria comicidad vista en pantalla. No es una gran película, tampoco lo pretende, pero cumple de sobra con sus pretensiones. A esta simpática y amena comedia familiar le auguro un gran éxito en taquilla estas navidades.