'Vida Perfecta T2': Lobo Feroz

'Vida Perfecta T2': Lobo Feroz

4 Butacas de 5

Dos años después de triunfar en el Festival de Cannes Series, donde ganó el premio a mejor serie y dirección, vuelve con su segunda y última temporada Vida perfecta, la exitosa ficción creada por Leticia Dolera y co-escrita por la directora de Requisitos para ser una persona normal y Manuel Burque, quien protagonizara dicho film junto a Leticia.

Esta nueva temporada arranca poco tiempo después del final de la primera, que nos dejó a María, el personaje interpretado por Dolera, dando a luz. Ahora, María tendrá que enfrentarse a los miedos propios del inicio de una nueva etapa vital. Esto, sumado a la extraña conexión que tiene con su bebé y a la culpabilidad de no sentir lo que se supone que tiene que sentir, introducirá a la protagonista de la serie que nos atañe en un tornado de emociones que llevará al personaje a otra dimensión; enriqueciendo tanto a María como el mundo que la rodea.

Y este mundo, claro está, también lo conforman su pareja, sus amigas y las parejas de estas. Precisamente es el tema de la pareja el elegido por la protagonista de REC 3 para servir de vehículo para la trama y el devenir de los personajes principales y secundarios, quienes tendrán que enfrentarse a sus heridas, sus sombras y sus miedos más profundos mientras intentan proyectar y llevar a cabo sus respectivos proyectos de vida aun sabiendo que, pese al título de la ficción que protagonizan, la vida perfecta no existe. Así pues, capítulo a capítulo, María y compañía, que no paran de evolucionar con respecto a la primera temporada y a lo largo de esta última fase del serial, tendrán que aprender a mirar a los ojos a ese lobo feroz que es la propia existencia para encontrarse a sí mismos.

Huyendo del moralismo facilón, Vida perfecta dialoga directamente con el espectador, haciéndole partícipe en todo momento, mostrando temas tan complejos como universales de una manera cruda, nada edulcorada -pese al barniz de comedia que recubre el drama-, que conseguirá la empatía de esa audiencia que haya pasado los treinta o cuarenta años y que haya experimentado el vacío y crisis existenciales intrínsecos en el hecho de haber nacido.

En definitiva, podemos decir que Vida perfecta es una serie necesaria, cien por cien empática, un viaje emocional que en su segunda temporada encuentra su excelencia a nivel técnico y sensitivo. Si no buscas una vida perfecta y simplemente quieres vivir, esta es tu serie.